Ante la baja rentabilidad y las circunstancias adversas que afrontan principalmente los exportadores de mandarinas y naranjas, contemplan sembrar otros productos. En 2022 tuvieron la primera reducción en envíos, tras 15 años de continuo crecimiento.

El difícil escenario internacional que actualmente enfrentan los productores y exportadores de cítricos ha llevado a replantear el negocio. De hecho, varios empresarios peruanos analizan cambiar parte de sus cultivos por otros que les ofrezcan mayor rentabilidad, manifestó el gerente general de la Asociación de Productores de Cítricos (ProCitrus), Sergio del Castillo.

Para llegar a esta situación, señala que afectó el alza de los costos de producción, como es el caso de los fertilizantes que hizo que muchos citricultores no hagan la fertilización adecuada en sus campos. Y eso no se pudo transferir al precio final porque los compradores empezaron a pagar menos por la fruta, sobre todo por las variedades libres, por las que se pagó menos con respecto a las nuevas variedades.

Sumado a ello, recuerda que el incremento en el precio del flete marítimo fue la gota que derramó el vaso, pues se duplicó y en muchos casos hasta se triplicó, lo que hace difícil mantener los cultivos de los cítricos caracterizados por altos volúmenes y poco margen. “Entonces eso hizo que inmediatamente el productor también evalúe si es que era pertinente exportar toda su fruta o finalmente vender en el mercado local”, puntualiza.

Sin duda, estas dificultades tuvieron una repercusión, pues al cierre del 2022, las exportaciones peruanas de cítricos tuvieron una ligera caída, tras 15 años de crecimiento continuo. Así, sumaron 259.000 toneladas, lo que significó una disminución del 2.7% con respecto a los volúmenes de envíos del año anterior, que fueron de 266.000 toneladas.

ESCENARIO SOMBRÍO EN EL SECTOR CITRÍCOLA

En esa línea, los productores están planeando reducir sus extensiones de cultivo, principalmente de mandarinas y naranjas, en 8% en promedio. Algunos optarían por reemplazar estos cultivos por palta, mango o arándanos y otros simplemente dejarían de sembrar en dichas extensiones. Cambiar de cultivos implicaría destinar estas tierras a las nuevas especies frutales por periodos de 25 años o 30 años, según Procitrus.

Visto ese panorama, el 2023 tampoco será fácil para los cítricos en el mercado internacional, ya que en los últimos 3 o 4 años se sembraron muchas áreas de estos productos en el hemisferio sur (Chile, Sudáfrica), lo que ha generado un incremento de la oferta productiva. “Entonces ya no es rentable, porque es toda una planificación desde que se cultiva hasta la cosecha y al final no hay retorno. Eso está sucediendo y posiblemente se tenga que migrar a otros cultivos”, sostiene.

Agrega que tampoco será factible apostar por variedades modernas porque se debe pagar patentes y uno de los problemas que tiene el sector es la falta de liquidez. “Lo más probable es ir hacia otro objetivo, es algo que lo iremos viendo en los próximos meses y años. Y esperamos mantenernos expectantes y alertas al menos en nuestra asociación de cómo se van desarrollando las cosas”, concluye del Castillo.

TRES REGIONES CONCENTRAN LA PRODUCCIÓN NACIONAL

Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), hasta el 2020, en el Perú había alrededor de 75.000 hectáreas de cítricos en actividad que, según Procitrus, habían venido creciendo de manera sostenida cada año. Las principales zonas productoras están en la costa central (Lima e Ica), selva central (Junín) y la costa norte (Piura y Lambayeque). Mientras que las regiones de Lima, Ica y Junín concentran el 91% de la producción nacional.

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