Desde hace algunas temporadas son tres las enfermedades que más dolores de cabeza han traído a los productores agrícolas; se trata de Moniliafructicola, Botrytiscinerea y Sphaerothecapannosavar Persicae. A lo anterior se suma Geotrichumcandidumha que ha comenzado a aparecer con una fuerza que nunca fue pensada, a pesar de que estos hongos siempre han estado presentes.

Las inoportunas lluvias cercanas a cosecha, el retraso en las cosechas y problemas con pérdidas de sensibilidad de las moléculas de fungicidas, utilizadas de forma indiscriminada en los campos, han llevado a la aparición de nuevos agentes patógenos que han dañado en más de alguna ocasión a los productores de carozos, principalmente a los de cerezos y durazneros (melocotoneros).

Hasta hace años atrás, la cereza, solía ser afectada principalmente por pudriciones causadas por Botrytis cinerea (pudrición gris), tanto en floración, en precosecha y también en poscosecha. Sin embargo, en las últimas temporadas se ha observado la aparición en campo de Monilia fructicola (pudrición parda de los frutales de carozo) y durante poscosecha de G. candidum y un complejo de hongo-levadura- bacterias denominado “complejo ácido”.

En el caso de Monilia fructicola, se ha detectado su aparición de manera puntual, sin ser un patógeno de riesgo para este cultivo, ya que su daño no se ha masificado. Por su parte, Geotrichum candidum dejó de ser un patógeno hospedero secundario-oportunista, que se desarrollaba solo durante poscosecha, y ha comenzado a desarrollarse también durante precosecha, tomando un papel predominante, el cual debe comenzar a ser considerado en los programas fitosanitarios para disminuir su incidencia a partir de precosecha, de lo contrario sus daños podrían ser gigantes.

Adicionalmente, se han comenzado a observar otras pudriciones que aún no han sido identificadas con exactitud, y que posiblemente comiencen a aparecer con la degradación de la fruta durante el almacenaje, con el inicio de Geotrichum candidum. G. candidumactuaría como puerta de entrada a levaduras, bacterias y hongos oportunistas que durante poscosecha desencadenan un complejo de pudrición ácida muy invasivo, que degrada la fruta y elevaba la temperatura de la pulpa de la cereza a casi 40°C, convirtiendo esta fruta en un verdadero caldo de cultivo para diversos patógenos.

En el caso de durazneros y nectarines, ninguna de estas especies ha quedado ajena a las apariciones de estas pudriciones, ya que éstas, causadas por M. fructicola y últimamente por G. candidum, los han azotado con mayor agresividad que a las cerezas, no disminuyendo su incidencia con las aplicaciones comunes de los programas fitosanitarios de campo y que se ven acrecentadas a medida que nos acercamos a cosecha con fruta que comienza a presentar una mayor concentración de sólidos solubles, lo que la hace más susceptible a M. fructicola principalmente.

En durazneros, principalmente, solo durante cosecha la recolección de esta fruta se ha visto mermada entre un 10 y 15% por pudrición en el árbol causada por M. fructicola en campos con programas convencionales de aplicaciones fúngicas. Lo peor de todo es que estas pérdidas aumentan considerablemente durante la poscosecha, llegando al 60% de pudriciones causadas por el mismo hongo.

Este año, con las últimas lluvias, los nectarines fueron otro de los carozos perjudicados, presentando múltiples pudriciones, aunque hay una en particular que interesa destacar, ya que durante su inicio se puede confundir con golpes en la fruta, sin embargo, corresponden a degradaciones de los tejidos que se evidencian en pudriciones color marrón. A medida que avanza el tiempo, en estas pudriciones marrones se ven crecimientos tipo colonias blancas, de aspecto cremoso, con un olor frutoso y micelio aéreo blanco algodonoso que crece a ras de la superficie del fruto, identificando a Geotrichumspp como el agente causal.

Esta enfermedad nunca había sido considerada un problema en nuestros campos (Chile), es más, siempre se la catalogó como un patógeno secundario-oportunista, que coexiste en forma epífita en todas las superficies, presentándose casi exclusivamente durante poscosecha y con baja predominancia. En la actualidad esta situación dejó de ser así, y los escasos conocimientos que se han generado a nivel país sobre este patógeno y los demás ya descritos, nos mantienen en la incertidumbre de si se presentarán con igual intensidad o peor que en los años anteriores.

Como se mencionó en un comienzo, es fundamental incluir en los programas fitosanitarios, no solo a Moniliafructicola, BotrytiscinereaSphaerothecapannosavar persicae, sino que también a Geotrichum candidum, con aplicaciones que contemplen como ingredientes activos Tebuconazole y Propizol, ya que según los ensayos realizados por CER (Centro de Evaluación Rosario), éstos fueron los más efectivos en cuanto a la disminución de este hongo en poscosecha. Las aplicaciones realizadas 14 y 7 días antes de cosecha con Tebuconazole y 7 días antes de cosecha con Propizol, disminuyeron en un 39% la incidencia de G. candidumen en poscosecha, al compararlo con otros productos aplicados durante este periodo, y en un 82% al compararlo con plantas sin aplicar estos fungicidas durante los periodos mencionados.

 

 

 

Fuente: Portal Fruticola | ElProductor.com

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