La cosecha debe realizarse en el momento más oportuno y de forma correcta. Es fundamental una buena elección y la regulación de la cosechadora para que no se produzcan daños mecánicos que alteren la calidad del grano.

Después de cosechar, el grano necesita un buen almacenamiento y acondicionado.
Debe almacenarse limpio, seco y sin daños, para reducir el riesgo de deterioro. El objetivo siempre es mantener la calidad inicial de los granos que se logra en el campo, hasta su entrega.

Hay que tener presente en todo momento que lo que se está produciendo son alimentos. Son 4 las condiciones indispensables para conseguir una buena conservación de granos durante su almacenamiento: sanidad, limpieza, aireación y monitoreo.

Removedor de grano autopropulsado con eje

En el almacenamiento más habitual a atmósfera normal (en silos, naves…), el removedor de grano es un equipo eficiente para conservar el grano almacenado. Mediante sinfines intercambiables que profundizan entre 1,5 y 4 metros, su uso disminuye el riesgo de creación de focos de calor, evitando el deterioro de la calidad del grano y su pérdida de valor.

Control de temperatura y humedad del grano almacenado

Humedad y temperatura son las dos variables que más afectan en la actividad de los granos almacenados y de los organismos que puedan vivir en el granel. A mayor temperatura y humedad, mayor actividad.

El removedor de grano es muy fácil de instalar y es además una inversión que se amortiza rápidamente. Reduce drásticamente la temperatura y la humedad, añadiendo valor al grano almacenado; funciona de forma autónoma mediante eje y bobina con radio de acción regulable, puede trabajar en naves donde el almacenamiento de granos se realice de manera piramidal y retirar las capas de polvo originadas por las cintas de llenado.

Aireación de los granos

El principal objetivo del almacenamiento de granos es controlar la temperatura enfriando el grano de una manera uniforme. Además de almacenar grano limpio evitando que se acumule material fino en el centro del granel que dificulte el paso del aire, hay que tener en cuenta aspectos como:

  • Realizar una buena limpieza y desinfección de las instalaciones antes de introducir el grano.
  • Vigilar que no existan goteras en las cubiertas o tejados.
  • Disponer de silos o naves con ventiladores que lancen un caudal de aire de 2,5 a 9 m3 por hora y por m3 de grano.
  • Utilizar termómetros para detectar posibles aumentos de temperatura en el granel y controlar con aireación.
  • Airear cuando la humedad relativa sea inferior al 70%, o cuando haya 5º C o más de diferencia de temperatura entre el aire atmosférico y el grano.

Aunque los aspectos tratados son muy generales y deben adaptarse a cada caso concreto, es fundamental una buena calidad de los granos a almacenar y que todo el sistema en su conjunto esté bien diseñado y funcione bien, para obtener buenos resultados.

Fuente: www.traxco.es|ElProductor.com

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