La Cámara Alta del Congreso norteamericano aprobó ayer miércoles por mayoría el proyecto de Ley Agrícola 2018, que incluye una enmienda para favorecer las ventas y el comercio con Cuba en ese sector.

Tras meses de negociación a puerta cerrada, el proyecto de ley fue aprobado con 87 votos a favor y 13 en contra.

La senadora demócrata por Dakota del Norte, Heidi Heitkamp, resaltó en el documento final que la normativa contiene su enmienda «para impulsar el comercio con Cuba», que impulsó junto al republicano John Boozman.

Se trata de una enmienda bipartidista que permitirá que el Departamento de Agricultura (USDA) utilice en Cuba los fondos del Programa de Desarrollo del Mercado Exterior y del Programa de Acceso al Mercado .

Este cambio en la política del USDA brindará un alivio necesario a los bajos precios de los productos básicos estadounidenses porque fomentará una nueva relación comercial confiable, aumentará los ingresos por exportaciones agrícolas y el volumen de exportaciones para los agricultores y ganaderos norteamericanos.

Según el texto difundido por Heitkamp, esa medida permitirá «crear, expandir y mantener un fuerte mercado de exportación cubano para los productores y procesadores agrícolas de Estados Unidos, sin costo adicional para los contribuyentes norteamericanos».

Por su parte, la USACC (Coalición Agrícola de Estados Unidos para Cuba) expresó en un comunicado que aplaude la inclusión de la enmienda de la legisladora,

«Este es un paso en la dirección correcta hacia la normalización del comercio con Cuba», dijo Paul Johnson, presidente de la USACC.

Precisó que la medida subraya el sentido común de una política comercial coherente que permita a los agricultores y ganaderos norteamericanos nivelar el campo de juego en los mercados globales y que el sector privado compita en Cuba.

Heitkamp presentó en 2015 por primera vez una propuesta para levantar la prohibición que todavía impide a bancos privados y compañías norteamericanas ofrecer créditos para las ventas agrícolas a Cuba.

Hace poco más de un mes, en un artículo publicado en The Hill, un espacio especializado en temas del Congreso, los representantes republicanos Rick Crawford, Tom Emmer y Roger Marshall se refirieron a la necesidad del mercado cubano para los agricultores estadounidenses.

«La construcción de nuevos puntos de exportación para los agricultores estadounidenses y las industrias aliadas se ha convertido en un imperativo, y Cuba debería ser parte de esa combinación», expresaron los expertos, miembros del Grupo de Trabajo del Congreso de Cuba.

«Cuba es uno de los pocos mercados extranjeros -según los congresistas- donde el potencial para el crecimiento agrícola de los Estados Unidos es cuantificable y alcanzable. Esa isla gasta $ 2 mil millones al año en importaciones agrícolas para alimentar a sus 11 millones de personas y 3 millones de turistas anuales. La mayoría de sus importaciones son de Vietnam, China, la Unión Europea y otros lugares lejanos, donde las tarifas de transporte son muchas veces más altas que las nuestras».

Crawford, Emmer y Marshall reconocieron que Cuba ofrece una importante oportunidad de crecimiento a solo 90 millas de distancia y que tiene el mayor consumo per cápita de arroz en el hemisferio occidental.

«Cuba compraría fácilmente nuestros productos agrícolas de alta calidad si no fuera por nuestras normas de financiamiento obsoletas sobre las ventas agrícolas de los Estados Unidos a Cuba. Si bien la enmienda a la ley agrícola permite que los fondos de promoción de mercado se gasten en Cuba es un paso en la dirección correcta, para posicionar a los agricultores estadounidenses como el proveedor agrícola número 1 para Cuba, necesitamos una legislación que permita el crédito privado y el financiamiento en las ventas agrícolas a ese mercado», afirmaron.

Las limitaciones en este tipo de negociaciones están determinadas desde hace muchos años por el embargo comercial de Estados Unidos hacia la Isla, que hace que ambos países no tengan vínculos comerciales como podrían tener con el resto del mundo.

No son estas las únicas declaraciones de especialistas estadounidenses interesados en el mercado de la Isla. Hace un tiempo, el representante republicano por Arkansas, Rick Crawford, expresó: «Podemos ser la parte productiva del país, influenciar y ayudar en las reformas, o dar la espalda e irnos; Cuba es un terreno fértil para los inversionistas norteamericanos».

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