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África occidental desplegó operaciones de vigilancia nacional y medidas de control ante la amenaza sin precedentes de la langosta del desierto, informó este miércoles la FAO.

Los esfuerzos de alerta temprana y respuesta rápida coordinados por el organismo de la ONU están en su máxima capacidad ante las grandes cantidades de enjambres de esos insectos, formados en Kenya y Etiopía desde enero, que podrían desplazarse hacia el oeste en las próximas semanas.

En su artículo ‘Prepararse para una invasión: la amenaza de la langosta del desierto en África Occidental’, publicado hoy por el ente especializado para la Alimentación y la Agricultura, cita a Coumba Sow, coordinador de Resiliencia para la región de la FAO, quien destacó cuánto se hace para evitar que se repita una crisis similar a la del Sahel.

También menciona al Observatorio de la Langosta de la FAO, el cual explica que los enjambres criados en primavera en el este de África ahora se trasladan a las zonas de cría de verano, por lo que las naciones ubicadas al oeste del Cuerno de África deberían permanecer en alerta máxima.

Se espera, asimismo, que la mayoría de los enjambres en el noroeste de Kenya viajen al norte para cruzar Sudán del Sur hacia Sudán, debido a los vientos.

No obstante, ello podría variar si llueve en el desierto de Sudán, pues proporcionaría condiciones favorables de reproducción para las plagas, las langostas permanecerían en Sudán poco tiempo y se moverían al oeste a través del Sahel de África Occidental en busca de alimentos y áreas de reproducción favorables, explicó el artículo.

En tanto, la FAO labora con naciones en riesgo de la región en la elaboración de una campaña ‘para esta crisis potencial durante muchos meses’, informó Mohamed Lemine Hamouny, secretario ejecutivo de la Comisión de la FAO para el Control de la Langosta del Desierto en la Región Occidental (Clldro).

Como parte de las acciones, se despliegan helicópteros de vigilancia en Chad y uso de drones en áreas de difícil acceso o inseguras en Níger, Malí, Mauritania y en el propio Chad.

En esas dos últimas naciones se establecieron bases operativas para responder con refuerzo y enfrentar la infección, destacó el artículo de la FAO.

Según este organismo internacional, la langosta del desierto es la plaga migratoria más destructiva del mundo, pues un enjambre que cubre un kilómetro cuadrado contiene hasta 80 millones de estos insectos y puede comer la misma cantidad de alimentos en un día que unas 35 mil personas.

Además, el número de langostas aumenta 20 veces en tres meses con cada nueva generación, lo cual explica el riesgo para los cultivos de poblaciones que de por si enfrentan serios problemas de alimentación.

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