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Manejar herramientas de orientación marítima –como brújulas, mapas náuticos y geovisores– y conocer parámetros de seguridad oceánica y otras técnicas de pesca responsable son estrategias que garantizarían cierta estabilidad en la industria pesquera de la bahía a largo plazo, pues harían más eficiente la labor de los pescadores artesanales, y además preservaría los recursos marinos. A esto se suma la necesidad de crear y distribuir una guía que integre los conocimientos científicos y los tradicionales de quienes llevan décadas conociendo este valioso entorno.
Estos aportes, realizados por 100 pescadores artesanales de Tumaco, son el resultado de una serie de talleres realizados por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), impartidos por Cristiam Portilla, estudiante de la Maestría en Ingeniería Ambiental, y los profesores John Josephraj Selvaraj, de la Sede Tumaco, y María Alejandra Cifuentes Ossa, de la Sede Palmira.
En este trabajo se identificaron 16 factores que afectan la pesca artesanal, entre ellos el aumento y la disminución en la temperatura superficial del mar –fenómeno que ocurre en intervalos indefinidos de entre 2 y 7 años–, la contaminación marina y el desplazamiento que realizan las especies buscando hábitats más adecuados para su supervivencia.
Dicha variación espaciotemporal se debe justamente al cambio en la temperatura del agua, la salinidad, la profundidad, la disponibilidad de nutrientes y la presencia de estructuras físicas como arrecifes de coral o bancos de algas, factores que influyen en la reducción de las capturas de peces, pues si estos se “trastean”, los pescadores deben ir a zonas más lejanas a buscarlos y esto puede provocar accidentes y desorientación.
Precisamente este último aspecto puede ser contraproducente si los pescadores no saben “leer” mapas y cartas náuticas, y si desconocen el cálculo de rutas y la interpretación de señales de navegación.
Lacomunidad pesquera viene afrontando cambios en el entorno marino, por lo que deben realizar sus faenas a mayores distancias de la costa y dedicar más horas a dicha actividad. Además señalaron que las lluvias torrenciales, los vientos fuertes y la neblina limitan sus operaciones y aumentan el riesgo de desorientación y accidentes en la navegación.
Otro factor que está influyendo en las dificultades de la pesca artesanal es el incumplimiento de las normas, ya que algunos pescadores desconocen las regulaciones y la importancia de ceñirse a ellas. Así mismo, en los talleres afloró el tema de contar con un apoyo financiero que les permita afrontar el creciente incremento en los costos del combustible y su escasez.
“En los talleres, los pescadores manifestaron que las capturas de peces están disminuyendo debido a las variaciones climáticas, que además impactan las condiciones oceanográficas haciéndolas más extremas y anormales”, menciona el investigador Portilla.
Geovisor, una alternativa
Con la información obtenida se desarrolló un geovisor, herramienta que en tiempo real proporciona información visual sobre las condiciones del clima, las corrientes marinas, la distribución de las especies de peces y las rutas de navegación seguras. Su uso les permite a los pescadores dirigirse con mayor certeza a las zonas en donde es más probable encontrar una pesca exitosa, reduciendo así la pérdida de tiempo y de recursos.
Para crear un geovisor se combinan conocimientos en tecnología geoespacial, acceso a datos relevantes y una comprensión de las necesidades específicas de los pescadores locales. El éxito de esta iniciativa está en la colaboración de los expertos en la materia y en la retroalimentación constante de los usuarios.
Teniendo en cuenta lo anterior, en la investigación también participaron trabajadores sociales, biólogos, ingenieros ambientales y funcionarios de las entidades con influencia en la región, quienes desde su experiencia ayudaron a evaluar las estrategias más viables para implementarlas en un futuro.
