En la celebración  del primer Día Internacional de la Papa a nivel global, se destacó el papel crucial de este tubérculo en la alimentación mundial y el desarrollo rural. Originaria de los Andes y consumida por más de mil millones de personas, la papa no solo es un tesoro nutricional, sino también un pilar fundamental para la seguridad alimentaria y la lucha contra el hambre.

En América Latina, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) ha liderado iniciativas para fortalecer la producción sostenible de papa a pequeña escala. A través de proyectos como el PDTS-VRAEM en Perú y Accesos Rural en Bolivia, se han implementado técnicas ancestrales y modernas para mejorar la producción, reducir el desperdicio y fortalecer la resiliencia al cambio climático entre miles de pequeños productores.

En Argentina, con el apoyo del FIDA, se inauguró una planta de procesamiento que promueve la valorización de la papa andina y la quinua, beneficiando a productores familiares del norte argentino. Además, en Brasil y Guatemala, se ha integrado la papa en sistemas de compras públicas, fomentando la economía local y la seguridad alimentaria.

Juan Diego Ruiz Cumplido, Jefe de la Oficina Multipaís del FIDA para los Países Andinos y Cono Sur, enfatizó la importancia de estas iniciativas para apoyar a los pequeños productores, incluyendo a mujeres, jóvenes y comunidades indígenas, en su lucha contra la pobreza y la preservación de la agrobiodiversidad.

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