El diseño de sistemas productivos simples y rentables es fundamental para generar condiciones atractivas de trabajo para las personas. Desde el proyecto Factor Humano en Tambo destacan algunas características a tener en cuenta en tiempos de toma de decisiones.

“Según un relevamiento, la instalación promedio en el país tiene 24 años. Si se decide modificar una sala en vez de construir una nueva, se debe evaluar el ahorro real que se obtiene y las limitantes que impone. Por ejemplo, no conviene modificar una instalación que tiene ubicación o pendiente inadecuadas”, expresa a modo de puntapié inicial de discusión y reflexión el instagram de Factor Humano en Tambo, proyecto coordinado por Ing. Agr. Fernando Preumayr.

En su sitio web destaca que en la Argentina conviven diferentes sistemas de producción y a menudo nos preguntamos qué sistema es el más rentable.

Si se analiza la rentabilidad de diferentes sistemas en un sentido abstracto mediante modelizaciones matemáticas, sin duda se encontrarán sistemas más estables y/o en promedio más rentables que otros. Probablemente el ranking de rentabilidad pueda cambiar entre zonas productivas debido al diferente potencial de producción de forrajes, condiciones ambientales para encerrar vacas, posibilidades de financiamiento etc.

Desde un punto de vista práctico, la conclusión puede ser algo diferente. Muy frecuentemente, al analizar los resultados de gestión en grupos de productores que realizan un análisis económico estandarizado de sus empresas, tarea que en general es realizada por un mismo asesor, encontramos en el cuartil superior de rentabilidad sistemas de producción bien contrastantes. Lo mismo sucede en el cuartil inferior de rentabilidad.

Lo anterior lleva a pensar que si bien desde el punto de vista matemático puede haber sistemas con mayor potencial de rentabilidad, en la práctica es tan alto el impacto de la gestión de cada sistema que es ésta la que en general termina definiendo el resultado económico de las empresas.

La calidad de gestión suele estar muy influenciada por la capacidad del productor (gerente) para interpretar el sistema elegido. Interpretarlo implica definir objetivos alcanzables, diseñar estrategias productivas acordes y poner a disposición los recursos necesarios para llevar adelente dichas estrategias en tiempo y forma sin sobre-exigir a las personas involucradas. Cada productor es una persona única con habilidades específicas y que lo pasionan cosas diferentes. Por este motivo, no todos los productores van a lograr el mismo nivel de eficiencia en todos los sistemas.

La gran mayoría de los sistemas de producción de leche en la Argentina se han ido intesificando en estos últimos años. Esta intensificación busca aumentar la productividad y/o mejorar la renta en cada sistema.

A menudo asumimos que en la medida que los sistemas se intensifican se vuelven más complejos. Si bien esto puede suceder en muchos casos, no necesariamente debería ser así. En general las empresas exitosas son las que han logrado intensificar y simplificar los sistemas de producción.

Un sistema de producción logra simplificarse cuando se logra un equilibrio adecuado entre recursos, estrategias y objetivos. Lo anterior permite generar condiciones atractivas de trabajo para las personas y lograr con mayor facilidad los objetivos planteados.

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