Los bosques cultivables de cacao son una de las alternativas más válidas para afrontar el cambio climático debido a la diversidad forestal que se establece. La productividad es superior tres veces más que la media nacional por hectárea. La agroforestería se abre campo.

Las explotaciones de cacao en Colombia han involucrado sombra en medio de los sembradíos para protegerlo.

Esa máxima aún se cumple, pero ha tenido una variable que permite más luz y aire para el cultivo, y tiene un intangible que lo hace más atractivo sin dejar de ser productivo: se convierte en un paisaje cultivable.

Se trata de los sistemas agroforestales, un modelo que lidera el director del Centro de Investigación La Suiza de Agrosavia, Gildardo Palencia Calderón, en Rionegro, Santander.

“Las barreras le permiten una luz controlada al cacao a lo largo del día; y desde su establecimiento comienza el desarrollo de un sistema que es productivo, pues se trabaja con variedades finas en sabor y aroma que pueden producir más de 1.200 kilos por hectárea, pero a su vez, rescata la biodiversidad de la zona, pues en él pueden habitar, perfectamente, aves, micos, ardillas y demás especies”, agregó.

Palencia Calderón expresó que si en un sistema agroforestal pueden habitar la aves es señal de que es bueno.

Madera, otro negocio

En sus inicios involucra un sistema rentable ya que hay que plantar 900 matas de plátano hartón, 900 de cacao y 320 de abarco, un maderable fino y de alta demanda en el mercado de maderas.

“Esta especie está en peligro de extinción al punto que el 23 de febrero de 2010 fue declarada su veda por el peligro de desaparecer ante la indiscriminada tala, por ser una madera muy costosa. En este modelo estamos preservando y rescatando un valioso maderable”, sostuvo.

Palencia Calderón expresó que ese modelo se puede aplicar tanto en tierra plana como de ladera; es decir, en todo Santander.

El directivo de La Suiza detalló que se tienen dos negocios en uno, pues al cumplirse el tiempo de corte, la madera le proporciona al campesino la mayor entrada económica.

Debido a que el abarco es una madera muy fina, se tasa en el mercado entre $8.000 y $10.000 el metro cúbico, cifra que triplica fácilmente a los maderables comerciales tradicionales.

En Santander

Bajo ese esquema se trabaja el proyecto “Investigación, desarrollo e innovación en cacaos especiales bajo sistemas agroforestales en Santander, Sucre y Boyacá” .

De acuerdo con Diego Zárate, PHD de Agrosavia y líder de ese proyecto de regalías, este departamento cobijará 500 hectáreas, las cuales se trabajan en Rionegro, Playón, San Vicente de Chucurí, El Carmen, Landázuri, Lebrija, Santa Helena del Opón, Hato, Galán, Socorro y Vélez.

“Se rehabilitarán 500 hectáreas de cacao, se montarán 60 parcelas demostrativas, se entregarán 300 módulos de beneficio, se capacitarán a 5.000 productores y se validará el modelo agroforestal con cacaos especiales, entre otras acciones técnicas”, agregó.

Se trabaja en asocio con la Gobernación de Santander y se tienen como aliados a Fedecacao y Ecocaco.

Se trabajará con los cacaos regionales con aromas florales y frutales, y sabores a nueces y malta, altamente apetecidos en mercados internacionales.

“Solo el 5% del grano de cacao comercializado en el mundo es considerado en esta categoría. Esto abre la posibilidad de incursionar en un mercado internacional”, agregó el investigador.

El proyecto contará con las variedades regionales TCS01, TCS06, TCS13 y TCS19; además, otras 16 que están en evaluación.

La UIS se acordó la caracterización de variedades.

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