El nuevo pronóstico de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2023 se ha incrementado ligeramente y se sitúa ahora en 2 840 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 1,1 % (30,4 millones de toneladas) respecto del año anterior. Este crecimiento se debe fundamentalmente a un considerable aumento del pronóstico relativo a la producción mundial de maíz (+ 5,3 %), impulsado por el Brasil, China (continental) y los Estados Unidos de América, que compensa con creces la disminución de la producción mundial de trigo prevista (- 2,3 %). En cuanto al arroz, desde febrero, la FAO ha mejorado sus cifras relativas a la producción de 2022/23 y 2023/24 en la India para que estas tengan en cuenta los datos oficiales que indican la siembra de grandes extensiones en el ciclo del cultivo de verano. Esta revisión eclipsa los pequeños ajustes a la baja introducidos para las cifras relativas a la producción en otros países, en particular para Colombia y Myanmar. Como resultado de estos cambios, según las previsiones actuales, la producción mundial de arroz alcanzará los 526,2 millones de toneladas (arroz elaborado) en 2023/24, lo que supone un alza del 0,4 % respecto del nivel revisado de 2022/23.

El pronóstico sobre la utilización mundial de cereales en 2023/24, que asciende a 2 823 millones de toneladas, supera en 1,4 millones de toneladas la estimación del mes anterior y se sitúa 31,3 millones de toneladas (un 1,1 %) por encima del nivel de 2022/23. Debido principalmente a un mayor uso del maíz como pienso, sobre todo en Argelia y la India, el pronóstico relativo a la utilización mundial de cereales secundarios en 2023/24 se ha incrementado en 900 000 toneladas, ubicándose en 1 506 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 1,2 % respecto de 2022/23. Pese a una reducción de 1,0 millones de toneladas en el pronóstico de este mes, la estimación sobre la utilización mundial de trigo en 2023/24 sigue indicando un aumento interanual del 1,8 % hasta alcanzar los 793,3 millones de toneladas, sobre todo gracias al crecimiento previsto del uso del trigo como pienso. Según el pronóstico actual, la utilización mundial de arroz en 2023/24 asciende a 523,7 millones de toneladas, lo que supone 1,5 millones de toneladas por encima de lo comunicado anteriormente, debido en gran parte a las mejoras introducidas respecto de los usos del arroz en la India desde 2022/23. Pese a esta revisión al alza, las previsiones siguen indicando que los usos mundiales de arroz en 2023/24 registrarán un crecimiento entre escaso y negativo por segunda campaña consecutiva.

Asimismo, el pronóstico de la FAO sobre las reservas mundiales de cereales a finales de 2024 se ha incrementado en 1,5 millones de toneladas respecto del mes pasado, ubicándose en 896,9 millones de toneladas, lo que representa un aumento de 24 millones de toneladas (un 2,8 %) respecto de sus niveles de apertura. Por consiguiente, se prevé que la relación entre las reservas mundial de cereales y su utilización deba aumentar del 30,9 % en 2022/23 al 31,1 % en 2023/24, lo que indica que la situación de la oferta mundial seguirá siendo holgada. La revisión al alza de este mes del pronóstico sobre las reservas mundiales de cereales obedece a las nuevas mejoras introducidas respecto de las existencias mundiales de cereales secundarios (un aumento intermensual de 2,4 millones de toneladas), las cuales se vieron impulsadas principalmente por unas estimaciones más elevadas para las reservas de maíz en China. Tras esta revisión, se prevé que las reservas mundiales de cereales secundarios alcanzarán los 379,3 millones de toneladas, es decir, 25,9 millones de toneladas (un 7,3 %) por encima de sus niveles de apertura. Por el contrario, las reservas mundiales de trigo, cifradas en 318,9 millones de toneladas, se redujeron ligeramente (en 800 000 toneladas) desde el mes pasado y actualmente se prevé que disminuyan 4,3 millones de toneladas (un 1,3 %) respecto de sus niveles de apertura. De acuerdo con el pronóstico, las reservas mundiales de arroz al cierre de las campañas comerciales de 2023/24 ascenderán a 198,7 millones de toneladas, prácticamente sin variaciones respecto de las expectativas de febrero, lo que supone una expansión interanual del 1,2 % que alcanzará un máximo histórico pero con acumulaciones en los países exportadores (principalmente en la India), mientras que se estima que las reservas que poseen los países importadores disminuirán por tercera campaña consecutiva.

El pronóstico relativo al comercio mundial de cereales en 2023/24, cifrado en 483 millones de toneladas —es decir, 3,1 millones más que el mes pasado—, señala un incremento de 6,4 millones de toneladas (un 1,3 %) respecto del nivel de 2022/23, basado exclusivamente en un aumento previsto para el comercio mundial de cereales secundarios. Tras la revisión al alza de 3,1 millones de toneladas de este mes, las previsiones indican que el comercio mundial de cereales secundarios aumentará en 10,3 millones de toneladas (un 4,6 %) en 2023/24 (julio/junio) y se ubicará en 234,1 millones de toneladas. La ampliación de este mes obedece a la previsión de un mayor comercio mundial de maíz, como consecuencia de la mejora de las perspectivas sobre la exportación de maíz en Ucrania y la mayor demanda de China. Aún es probable que el comercio mundial de trigo en 2023/24 (julio/junio), que asciende a 197,5 millones de toneladas —prácticamente sin variaciones este mes—, se contraiga en 2,4 millones de toneladas (un 1,2 %) respecto del nivel de la campaña anterior. El pronóstico indica que el comercio internacional de arroz ascenderá a 51,4 millones de toneladas en 2024 (enero-diciembre), con una escasa variación respecto de las expectativas de febrero, lo que implica una segunda contracción anual consecutiva del comercio.

Perspectivas iniciales para las cosechas de 2024

De cara a 2024, el pronóstico preliminar de la FAO sobre la producción mundial de trigo se sitúa en 797 millones de toneladas, lo que, si bien representa un incremento del 1 % frente a la producción de 2023, aún se mantiene por debajo del récord alcanzado en 2022. En los Estados Unidos de América, la bajada de los precios ha provocado un descenso interanual del 6 % en la siembra de trigo de invierno. No obstante, con las abundantes precipitaciones registradas desde el último trimestre de 2023 tras dos años consecutivos de sequía generalizada, se han incrementado tanto las perspectivas de rendimiento como las expectativas de que la superficie cosechada pueda superar el nivel de 2023. Se prevé que la producción total de trigo del país en 2024 ascenderá a 51,5 millones de toneladas, cifra que se encuentra por encima de la última media quinquenal y de la producción de 2023. Del mismo modo, en el Canadá, a raíz de unos precios más bajos, las proyecciones oficiales indican una contracción del 2 % en la siembra de trigo. Sin embargo, después de que la cosecha de 2023 se viera afectada por el clima y gracias a las condiciones atmosféricas más favorables previstas para este año, las buenas perspectivas de rendimiento sustentan las expectativas de una recuperación de la producción de trigo en hasta 33 millones de toneladas en 2024. Por el contrario, en Europa, las intensas precipitaciones interrumpieron y retrasaron la siembra de la cosecha de trigo de invierno, sobre todo en los principales países productores, Alemania y Francia, y se prevé que la superficie total de trigo disminuya de forma moderada en 2024. Se prevé que, en combinación con las recientes olas de frío y los déficits de precipitaciones que afectaron a algunas partes del bloque, la producción de trigo de la Unión Europea disminuirá ligeramente en 2024 y se ubicará en torno a los 133 millones de toneladas. En el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte también se registraron unas condiciones atmosféricas que distaron de ser ideales en la época de siembra, haciendo que se reduzca la superficie de trigo, lo que provocará un ligero descenso de la producción en 2024. Se estima que la superficie sembrada con trigo en Ucrania habrá disminuido aún más en 2024, ya que la guerra sigue obstaculizando el acceso a los campos e imponiendo graves restricciones financieras a los agricultores, lo que limita la rentabilidad de la producción de trigo. En la Federación de Rusia, unas condiciones atmosféricas en general favorables, que se prevé se mantendrán durante el resto de la campaña, apuntalan las expectativas de un ligero aumento de la producción de trigo de invierno del país en 2024. En Asia, se prevé una excelente cosecha de trigo en la India en 2024, como consecuencia de un suministro suficiente de agua de riego, unas condiciones atmosféricas favorables y unos precios remunerativos de los cultivos que llevaron a un aumento de la siembra. En el Pakistán, se prevé que aumentará la producción de trigo, ubicándose en 28,3 millones de toneladas, ante unas condiciones atmosféricas en general favorables. En China, a raíz de la fuerte demanda interna y de un aumento del precio mínimo de compra que favoreció la siembra de grandes superficies, se prevé que la producción sea ligeramente superior a la media, cifrándose en 136,3 millones de toneladas. En los países del Cercano Oriente, ante unas condiciones atmosféricas mayormente favorables, el pronóstico indica que la producción de trigo se acercará a la media en la República Islámica del Irán y Türkiye, ambos importantes productores. En África del Norte, el déficit generalizado de precipitaciones por segundo año consecutivo merma las perspectivas de rendimiento del trigo en 2024 en Argelia y Túnez, así como en Marruecos.

Al sur del ecuador, en el Brasil se está sembrando el cultivo de maíz de la campaña principal de 2024 y, a raíz de los precios más bajos de los cultivos y de una cosecha tardía de soja que retrasó las operaciones de siembra, se prevé que la superficie de maíz disminuirá en comparación con la del año anterior. Se considera que, si bien la producción total de maíz en el Brasil disminuirá respecto de la cifra récord de 2023, de todos modos seguirá superando la última media quinquenal. Gracias a unas condiciones atmosféricas favorables, se espera que la producción de maíz en la Argentina se recupere tras la cosecha de 2023 que se vio afectada por la sequía. En Sudáfrica, los recientes déficits de precipitaciones han debilitado drásticamente las perspectivas de rendimiento, y se prevé que la producción de maíz del país en 2024 disminuirá a un nivel cercano a la media, por debajo de las expectativas anteriores. Las condiciones atmosféricas secas están afectando a los países vecinos y han reducido drásticamente las perspectivas sobre la producción de maíz en 2024.

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