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Según las estadísticas de la FAO tomadas en más de 100 países, las cifras de producción reportados por diversas fuentes a nivel mundial, indican que para el 2016 la producción mundial por cultivo de tilapias, superó las 6.000.000 toneladas, producción superada solo por las carpas y superando con creces la producción de salmones, truchas, bagres y camarones.

China continuó su posición como el principal productor mundial, seguida Indonesia, Egipto, Brasil, Filipinas, Bangladesh y Tailandia, entre otros.

Motivados por este hecho, entre el 26 de febrero y el 1 de marzo próximo pasado, el principal proveedor de alimentos para peces del mundo (Skretting) acogió a los principales actores de la industria tilapiera egipcia para re-evaluar el negocios de tilapia.

Según esa empresa, el cultivo de tilapia representa una de las historias de mayor éxito de la acuicultura en los últimos tiempos, y representa uno de los peces más productivos y comercializados internacionalmente; proporcionando así una proteína nutritiva y económica a los consumidores en muchos mercados alrededor del mundo.

Aunque su producción ha crecido a un ritmo significativo en muchas regiones del mundo, existe el potencial de continuar aumentando su producción de manera exponencial.

Además de analizar la evolución y requerimientos del mercado en los últimos años, y las discusiones en el foro se centraron en los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector de la tilapia en la actualidad y en el futuro.

Entre otros temas, la sostenibilidad y la dirección que debe tomar la producción de tilapia para garantizar que continúe entregando un producto acuícola responsable, fueron una de las áreas de enfoque tratadas.

Una de las observaciones hechas en esta reunión, fue el reconocimiento de los expertos en que el paso de la piscicultura rural extensiva a proyectos de mayor productividad, abandonando las prácticas de subsistencia, fue determinante para el colosal avance de la producción tilapiera mundial.

Es precisamente en este punto, que se basa la propuesta que se le ha venido haciendo a diferentes países de la Región, para que se abandonen o minimicen las prácticas populistas e ineficaces para promover los mal llamados “programas piscícolas de subsistencia” y  enfoques sus esfuerzos y recursos en lo que se ha venido denominando “Piscicultura Intermedia” potenciando la producción piscícola de la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños, a partir de programas que permitan aprovechar las ventajas comparativas y competitivas que posea cada uno de esos países, al menor costo y en el menor tiempo posible.

La incorporación de 10, 100 o 1.000 granjas de producción piscícola intermedia, debidamente sincronizadas y asistidas, en un esfuerzo conjunto público-privado en cualquiera de estos países, arrojara, sin duda alguna, mayores beneficios en la producción de biomasa, generación de divisas y desarrollo regional, con un significativo contenido social, respeto al medio ambiente, con costos muy inferiores al desarrollo de las conocidas granjas industriales de altísimo requerimiento de recursos, complejidad y tecnología.

Así, la Piscicultura Intermedia, no es una modalidad de piscicultura per se, es una estrategia para la producción masiva de tilapias para consumo humano directo o para su exportación, factible de adecuarse y desarrollarse en todos y cada uno de los países de la Región interesados en el desarrollo de la actividad piscícola comercial.

La “Piscicultura Intermedia” busca conjugar los diferentes actores, intereses y actividades requeridas para su éxito comercial, y los sincroniza y enfoca en una misma dirección y bien común, para que en un lapso sustancialmente menor a los tradicionalmente requeridos para desarrollar iniciativas piscícolas industriales, se obtengan la mayor suma de beneficios posibles.

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