Imagen Referencial/Por: Contexto Ganadero

En los últimos meses, factores como el clima, los costos de producción y un menor consumo por parte de los colombianos pusieron a los lecheros contra la pared. Ahora, en vísperas de cierre de año, el precio pagado al productor y los anuncios de menor captación de leche por los compradores, se convirtieron en otro trago amargo para el eslabón base de la cadena láctea.

Esa fue la alerta que lanzó la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), según la cual la prolongada caída del precio pagado al productor, la dificultad para comercializar la totalidad de la producción, así como las crecientes afectaciones por la entrada del fenómeno de El Niño, están poniendo en riesgo los ingresos de los productores del alimento.

¿Qué está pasando?

El impacto negativo para los productores y el esfuerzo adicional que les ha implicado, según el gremio, no se ha visto reflejado en los precios que les están pagando. “Una revisión evidencia que, frente al cierre de 2022 y con corte a octubre del año actual, los costos de producción de leche han retrocedido 0,6%. Y de acuerdo con la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC), los precios que el productor recibe han caído 10%, mientras que el valor de los lácteos al consumidor han aumentado entre 4,2% y 21,8%”, dijo Felipe Pinilla, presidente de Analac.

La anterior situación, advirtió, se ha profundizado con los anuncios recientes por parte de compradores, informando al productor sobre disminuciones adicionales en la compra de leche.

Con corte a septiembre de 2023, la producción de leche acopiada por la industria procesadora mostró una caída de 3,2% frente al mismo periodo de 2022. Esto indica, según Pinilla, “una disminución marcada en el primer semestre y una incipiente recuperación durante el tercer trimestre. Desde marzo, el precio que se le paga al productor ha caído significativamente en todo el país”.

Desde la Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche (Asoleche) ya habían advertido que la reducción en el consumo y la creciente oferta lechera estaba generando un panorama complejo para el mercado lácteo.

Para el gremio de las empresas procesadoras, las variaciones climáticas incrementaron la oferta lechera; sin embargo, la caída en la demanda ha sido un limitante para garantizar el flujo del mercado.

Desde la óptica de Óscar Cubillos, director de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán, al fenómeno de La Niña empatar con el de El Niño provocó una transición de días con lluvias y sol, lo que favoreció los pastos y permitió que la producción de leche repuntara.

“¿Qué viene ahora para fin de año? Aunque los precios pagados al productor están a la baja, para el 2024 se espera la sequía, lo que mermará la producción y los precios volverán a repuntar. Además, típicamente, a finales de año, como se abre el cupo de importación de leche desde Estados Unidos, muchos comienzan a abastecerse de ahí y dejan de comprar local. También es una manera de presionar al productor a que baje los precios”, comentó el directivo.

Toda esta situación ya se está reflejando en el Producto Interno Bruto del agro: un análisis de los investigadores de Bancolombia arrojó que la ganadería bovina y la lechería fueron las actividades pecuarias de peor desempeño en el tercer trimestre del año en Colombia, con decrecimientos de 3,7% y 4,1%, respectivamente.

“El sector lechero enfrenta un menor consumo y acopio. Los altos precios de la leche han provocado una disminución gradual del consumo, resultando en una caída del 6,9% en las ventas de la industria a agosto de este año. Ante una demanda decreciente, una estrategia para el industrial lácteo podría ser ajustar a la baja los precios o desarrollar estrategias de promoción y descuento para incentivar el volumen de ventas”, anotaron los analistas.

Fortalecer la cadena

Una de las barreras que tiene Colombia es el bajo rendimiento de sus vacas: cada una de ellas produce aproximadamente 5,5 litros de leche diarios, una cifra significativamente inferior en comparación con países como Chile (que duplica esta cifra), México (13,3 litros) y Estados Unidos (casi 30 litros).

Para Cubillos, si bien hay diversos factores que desencadenan esta cifra, una de ellas podría ser la falta de mejoramiento genético del ganado.

“Es crucial reducir la dependencia de materias primas importadas para impulsar la sostenibilidad y competitividad del sector. Con un 80% de productores que tienen menos de 50 vacas, la realidad del sector es compleja y refleja la necesidad de abordar los problemas desde múltiples perspectivas”, dijo.

Cubillos hizo hincapié en que la sostenibilidad, con la implementación de sistemas silvopastoriles, se presenta como clave para superar los desafíos actuales y futuros, permitiendo un equilibrio entre la productividad ganadera y la preservación del medio ambiente. Sin embargo, añadió, esto también implica una inversión alta de recursos con los que no cuentan la mayoría de productores, y por ende se requiere de la cooperación de diferentes instituciones para lograr avances.

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