En el informe “Los puertos de América Latina y el Caribe y el riesgo climático: impactos en su infraestructura y posibles medidas de adaptación” recientemente publicado por CEPAL se mencionan algunos de los principales elementos de la infraestructura de los puertos que son susceptibles al riesgo del cambio climático, las potenciales áreas de impacto asociadas; se presentan acciones de adaptación y se entrega una metodología para la evaluación de estos impactos.

En el documento se detalla que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el riesgo surge cuando se entrecruzan tres factores clave: los peligros (que ya han pasado en el puerto o que puedan ocurrir en el futuro), las vulnerabilidades (probabilidad de sufrir impactos negativos en la infraestructura del puerto y otros activos) y la exposición (las estructuras, ecosistemas o áreas pobladas que podrían verse afectados).

En los puertos, puntualmente, los riesgos conllevan efectos económicos, entre ellos: el aumento de costos, la necesidad de mantenimiento adicional y gastos no previstos. Además, pueden resultar en cambios al ambiente físico, con impactos socioeconómicos y en los ecosistemas naturales.

Concretamente los riesgos asociados al cambio climático que afectan directamente a los puertos se pueden encontrar la elevación del nivel del mar, las marejadas ciclónicas, la intrusión de agua salada, vientos y lluvias intensas, tormentas eléctricas, desbordamiento de ríos, temperaturas extremas, sedimentación, sequía, reducción del flujo de agua de los ríos y erosión costera.

Estos eventos pueden dañar, deteriorar o destruir infraestructuras esenciales para el funcionamiento de los puertos, y también pueden ocasionar accidentes o la interrupción temporal o permanente de actividades y operaciones logísticas.

Posibles medidas de adaptación

Algunas de las posibles alternativas para gestionar los problemas asociados al impacto del cambio climático en los puertos son las denominadas acciones o medidas de adaptación. De acuerdo con la ONU este concepto refiere a los “cambios en los procesos, prácticas y estructuras para moderar los daños potenciales o para beneficiarse de las oportunidades asociadas con el cambio climático”.

La Asociación Internacional Permanente de los Congresos de Navegación (PIANC, por sus siglas en inglés) propone un enfoque de cuatro etapas para la planificación de la adaptación al cambio climático.

  1. Analizar el contexto y definir los objetivos según los cuales se establecen prioridades.
  2. Analizar la información climática, lo que permite identificar parámetros y entender cómo se prevé que cambien en diferentes escenarios climáticos.
  3. Analizar las vulnerabilidades, es decir el grado en el que algo es incapaz de hacer frente a los posibles efectos adversos de los cambios en los parámetros ambientales, la variabilidad del clima y los fenómenos extremos.
  4. Entender, desarrollar e implementar las opciones de adaptación.

En este proceso, el diseño de los terminales portuarios es un componente de adaptación importante para hacer frente al riesgo climático. Por ejemplo, en el caso los terminales de contenedores, se pueden señalar las siguientes áreas para implementar acciones con enfoque en la sostenibilidad: reducción del uso de energía, operación/diseño ecoeficiente, instalaciones y sistemas durables, extensión de vida útil de equipos, sistemas de manejo de agua y tierra, sistemas de apilamiento y Transporte en los terminales.

El informe enfatiza que, en cualquier caso, para alcanzar el beneficio que permiten las acciones de adaptación en términos de mitigación de los riesgos ambientales “se exige no solo un diseño de terminal sostenible, sino también que sea eficiente en sus características y condiciones operacionales”.

Propuesta metodológica

Por último, el documento presenta una propuesta metodológica estándar que permite por un lado calcular los impactos climáticos en términos monetarios y compararlos con los costos de las medidas de adaptación (análisis de costo-beneficio).  Este modelo tiene como referencia el estudio propuesto por la consultoría Metroeconomica (2004), aplicado en los casos del terminal marítimo Muelles el Bosque (MEB), en Cartagena, Colombia, y del puerto de Manzanillo, en México. Este contempla los siguientes pasos:

  1. Evaluación de impacto mediante la identificación y la medición de los efectos del cambio climático. Esta etapa se basa en el análisis de cadenas de “causa-efecto” (o vías de impacto), las cuales vinculan los impactos directos del cambio climático, como la erosión costera o las inundaciones (“impactos de orden inferior”), con los efectos derivados que resultan de estos fenómenos, como la pérdida del hábitat natural a consecuencia de inundaciones, o los cambios en el número total de visitantes a un local, por ejemplo (“impactos de orden superior”).
  2. Valoración de los impactos de acuerdo con prácticas estándar de análisis económico. Aquí se consideran las directrices e instrucciones sobre cual técnica debe ser utilizada en cada caso o tipo específico de impacto del cambio climático. La metodología es flexible, permite al usuario seleccionar una guía de valoración compatible con los datos a su disposición, el nivel de precisión requerido y los recursos disponibles: experiencia, tiempo y recursos financieros.

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