Después de un “turbulento” año 2023, las previsiones para el año 2024 de la industria acuícola son optimistas. Así se desprende de la encuesta anual que realiza Rabobank junto con Global Seafood Alliance (GSA) a agentes de la industria. A grandes rasgos, señala Rabobank, los encuestados esperan que la producción mundial de camarón se recupere, si bien a un nivel inferior al promedio histórico de los últimos 10 años.

También se espera que crezca la producción mundial de salmón después de dos años de producción estable o en descenso, así como de otras especies, como es el caso de la dorada y lubina mediterráneas. Dicho esto, y a pesar del renovado optimismo, los encuestados de la industria siguen mostrando su preocupación por el hecho de que una economía mundial débil pueda inhibir la recuperación de los precios.

LA PRODUCCIÓN DE SALMÓN VUELVE A CRECER IMPULSADA POR NORUEGA

Después de dos años consecutivos de un débil crecimiento de la producción mundial, el tercer trimestre de 2023 marcó un punto de inflexión para la producción mundial de salmón atlántico, con expectativas de un período de recuperación estructural. Siempre que no haya problemas o eventos biológicos imprevistos, los agentes de la industria esperan una mayor producción de salmón atlántico. Rabobank habla de que esta producción pueda crecer en 2024 un 4,3% y en 2025 un 3,9% superando los 3 millones de toneladas de producción global.

Noruega lideraría esa mayor producción esperada, con un crecimiento interanual del 3,7% en 2024 y del 4,9% en 2025, dando así lugar a una producción estimada de 1,58 millones y 1,67 millones de toneladas para 2024 y 2025, respectivamente. Esto siempre que los riesgos negativos de los problemas biológicos sean limitados y que continúen los rendimientos en cuanto al suministro de smolts registrados en 2023.

Respecto a Chile, el informe señala que sigue existiendo cierta incertidumbre sobre su crecimiento potencial en los próximos años debido tanto a la nueva legislación como también a cuestiones biológicas. Señala Rabobank que es poco probable que los volúmenes de producción para 2025 eclipsen los niveles alcanzados en 2020, ya que se pronostica un crecimiento interanual del 2,0% en 2024, seguido de una disminución del 1,8% en 2025.

A lo anterior se suma que existen posibles riesgos a la baja pensando en 2024, “ya que la variación de la temperatura debido a las condiciones de El Niño podrían provocar una mayor incidencia de proliferación de algas, causando un aumento en la mortalidad”. No obstante, se añade, “la industria está ahora mejor preprarada para hacer frente a posibles inconvenientes que durante el anterior evento de El Niño”.

SE INCREMENTARÁ LA PRODUCCIÓN DE DORADA Y LUBINA EN ESPAÑA Y GRECIA, PERO LO HARÁ MÁS TURQUÍA

Por otra parte, se esperan dos buenos años para la lubina y la dorada. Las previsiones apuntan a que la producción de estas especies se acelere en los próximos dos años, a una tasa de crecimiento interanual del 3,9% en 2024 y del 4,7% en 2025. La continua expansión de Turquía, según Rabobank, será el principal motor, con un crecimiento interanual del 4% en 2024 y del 6% en 2025, superando las 250 000 toneladas.

Se espera, asimismo, que la producción griega y española se recupere después de un crecimiento relativamente estable durante la última década. Los cálculos apuntan a que ambos países crezcan a una tasa similar del 3% interanual tanto para 2024 como para 2025.

RECUPERACIÓN DE LA TILAPIA Y EL PANGA

Después de un parón en 2020, la producción mundial de tilapia ha comenzado a recuperarse gradualmente y se espera que crezca un 5,3 % interanual en 2023, eclipsando los volúmenes de 2019. Las previsiones para 2024 barajan un crecimiento del 5%, superando así los 7 millones de toneladas de producción mundial.

Para esta especie, se prevé un fuerte crecimiento en Asia, particularmente en Indonesia, donde se augura que la producción de tilapia crezca un 5% y un 3,7% interanual en 2023 y 2024, respectivamente. Se espera, asimismo que China mantenga su posición como principal productor de tilapia a corto plazo. Sin embargo, si los consumidores continúan favoreciendo las especies premium, los productores podrían optar por cambiarse a otras especies, lo que podría desacelerar el crecimiento de la producción de tilapia a entre un 1% y un 2% anual durante los próximos años.

En cuanto al panga, hay un ligero optimismo sobre la producción de esta especie en 2024, con un crecimiento interanual esperado del 2,8%, “siempre que la demanda sea más fuerte que en 2023 y los niveles de existencias disminuyan, especialmente en China”. Se prevé también que la producción de panga alcance los 3,1 millones de toneladas en 2023, con un crecimiento interanual de solo el 0,5%, ya que la débil demanda de los consumidores se ha visto reflejada en toda la cadena de valor, dejando a los comercializadores con existencias elevadas.

CAMARÓN, VOLVER AL CRECIMIENTO

Basándose en las opiniones de los participantes de la industria recopilados en la encuesta acuícola anual de Rabobank sobre la producción de peces y camarones, realizada en cooperación con la GSA, se pronostica un crecimiento interanual de la producción de camarón del 4,8% en 2024, superando los volúmenes máximos de 2022, y después de una modesta caída esperada del 0,4% en 2023. Los encuestados expresaron también incertidumbre sobre el alcance de la potencial recuperación de la demanda mundial

Por lo que respecta a Ecuador, los resultados de la encuesta pronostican un crecimiento continuo en 2024, aunque a una tasa interanual más baja del 7%, “siempre que no haya una disminución sustancial en la demanda china”. Las expectativas de crecimiento más moderadas pueden ser resultado, además, de la incertidumbre relacionada con El Niño “debido a las fuertes lluvias, que pueden aumentar los riesgos de inundaciones y potencialmente dañar la infraestructura de los estanques y por tanto afectar a la producción”.

Asia volvería a crecer en 2024. Así se recoge en el informe, en el que los encuestados muestran su optimismo al respecto, pronosticando una recuperación potencial del 4% en 2024, y esto después de que en 2023 se registrara la primera caída de la producción en la región en una década. Esto, añade Rabobank, “dependerá de que los precios mejoren en 2024 después de la continua tendencia a la baja en 2023, que hizo que buena parte de la industria dejara de ser rentable”.

Se espera también que la producción en India – tras una fuerte contracción del 12 % en 2023- se recupere hasta alcanzar un crecimiento del 2 % en 2024. Vietnam sigue una tendencia similar, con un crecimiento de producción esperado del 6% en 2024, recuperándose de una contracción significativa de alrededor del 15% en 2023. Que ambas regiones alcancen el crecimiento de producción previsto en 2024, se añade en el informe, “dependerá de la mejora de la demanda en EE. UU. y Europa y de una recuperación suficiente de los precios que incentiven a los productores a aumentar la densidad de población de los estanques”.

LOS PRECIOS DE MERCADO, PRINCIPAL PREOCUPACIÓN DE LA INDUSTRIA

En la encuesta de Rabobak y GSA también se preguntó a los expertos de la industria sobre su sensaciones y preocupaciones para el próximo año. Y la conclusión a la que se llegó es a que los precios de mercado siguen siendo la principal preocupación para la  industria. Se mantiene la incertidumbre sobre los efectos de la inflación persistente y la recuperación de la demanda de productos del mar.

Los elevados costes y el estabilización de la renta disponible en los hogares siguen siendo desafíos en los principales mercados. Y es que los consumidores pueden hacer frente a ese alto precio bien optando por otra categoría de productos del mar o bien dirigiéndose a opciones de proteínas de menor precio.

Los costes de los alimentos acuícolas son la segunda mayor preocupación  con vista a 2024. La mayoría de los encuestados de la industria no esperan que los precios de los piensos sean más bajos en 2024 que en 2023. Sin embargo, si los precios de los principales ingredientes continúan la caída gradual observada en 2023, esto, a su entender, podría compensar en parte los altos precios de la harina y el aceite de pescado.

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