El sector bananero colombiano ha logrado un gran avance en su recuperación, con un aumento de las exportaciones a Corea del Sur y su principal mercado, Europa, el año pasado (2023). Este año, el sector quiere aprovechar los diferentes espacios a nivel internacional para solicitar más apoyo y reconocimiento de la responsabilidad compartida de toda la cadena de valor, así como para combatir los efectos del cambio climático y el Fusarium.

El Dr. Emerson Aguirre Medina, presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), dice que el ligero aumento en los precios de los bananos el año pasado fue necesario. «Hoy en día, el costo de producir bananos con los estándares de calidad requeridos por las normas de certificación implica altos costos de inversión, por lo que es necesario seguir mejorando los precios para lograr precios decentes».

Aguirre Medina prosigue: «Es por eso por lo que, en la asociación, hemos estado insistiendo a los compradores y consumidores en todos los escenarios internacionales en que todas estas demandas no pueden estar dirigidas solo a los productores; los mercados deben tener una responsabilidad compartida para garantizar la sostenibilidad de los salarios dignos para los trabajadores y la sostenibilidad ambiental en la producción. Estamos participando activamente en todos los escenarios donde debemos seguir concienciando sobre este tema, y reiteramos que la responsabilidad compartida debe ser un objetivo y un compromiso de todos los actores de la cadena para hacer viable la agroindustria bananera. No solo en el lado atlántico donde están los productores; ya tenemos en la agenda para 2024 nuestra presencia en diferentes ferias y foros donde seguiremos generando este debate sobre el tema».

Aguirre Medina dice que mantenerse en un mercado tan exigente como el mercado de exportación de bananos ha significado una verdadera revolución en el sector colombiano en términos de producción, tecnología y aspectos sociales. «Durante muchos años, nuestras empresas asociadas han enfrentado este enorme desafío con el apoyo de la asociación. Hoy podemos decir con orgullo que el 100% de nuestras empresas asociadas tienen las certificaciones requeridas por el mercado y están orientadas hacia la producción con sostenibilidad social y ambiental. Junto con el sindicato líder (Sintrainagro), hemos ratificado el compromiso del sector bananero colombiano con el diálogo social y la asociación de trabajadores. Casi el 92% de los trabajadores están sindicalizados, lo que demuestra la importancia del trabajo articulado entre empleadores y trabajadores para garantizar un equilibrio dentro de la actividad económica».

Los bananos colombianos no se ven afectados por los retrasos en el canal de Panamá
«Nuestro principal mercado es la Unión Europea, que junto con el Reino Unido representa el 82% del volumen exportado. Esta operación se realiza íntegramente a través del Atlántico, incluido el 16% que va al mercado estadounidense, con sus puertos de llegada en la costa este, por lo que el impacto que ha tenido el paso del canal no ha sido significativo para nuestra actividad», afirma Aguirre Medina.

Sin embargo, es el cambio climático lo que más pesa en el sector. «El cambio climático es un factor que ha afectado a muchos de los países exportadores de frutas, las cifras en 2023 serán menores que en 2022. En Colombia hubo un fuerte impacto en el primer semestre debido a un verano intenso que fue mitigado por una buena tendencia meteorológica en el segundo semestre. Seguimos trabajando duro en nuestro centro de investigación para mejorar la infraestructura productiva y diseñar estrategias que nos permitan mitigar estos efectos adversos del clima».

Contención del desafío del Fusarium
El presidente explica que esto se está haciendo mediante mucha colaboración, con la investigación como área clave. Esto incluye la investigación de nuevas variedades resistentes al Fusarium TR4. «Necesitamos continuar con la investigación que nos llevará a encontrar una variedad que ojalá sea resistente o menos susceptible al Fusarium TR4 y que sea comercialmente aceptable. Para hacer esto estamos promoviendo el trabajo con instituciones prestigiosas como Embrapa (Brasil), CIRAD (Francia), entre otras. La llegada del Fusarium TR4 a Colombia en 2019 supuso una verdadera alerta fitosanitaria sobre una enfermedad para la que ya habíamos estado capacitándonos desde 2015. Gracias a esta apuesta temprana, pudimos avanzar los acuerdos necesarios con el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, la máxima autoridad fitosanitaria del país, y trabajar en los protocolos de bioseguridad necesarios para prevenir una mayor propagación. Hoy, cinco años después, de las 53.000 hectáreas plantadas con bananos de tipo exportación, la enfermedad solo está presente en unas 300 hectáreas», explica Aguirre Medina.

Agrega que Augura planea trabajar aún más duro en 2024 para alcanzar sus metas. «Continuaremos trabajando en todos los elementos técnicos y tecnológicos que nos permitirán mejorar nuestra productividad y competitividad, de modo que no solo podamos garantizar el suministro de los mercados existentes, sino también aventurarnos en nuevos», concluye.

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