REACTOR NUCLEAR COLOMBIANO IAN-R1 EN INGEOMINAS BOGOTA CAN OCTUBRE 28 2012 FOTO GUILLERMO TORRES REVISTA SEMANA

Desde 1965 el país cuenta con un reactor operativo en Bogotá, el cual ha funcionado sin incidentes. Y aunque esta experiencia en tecnología nuclear demuestra una sólida base de conocimientos, los mitos sobre su relación con el armamento nuclear generan una falsa preocupación para implementarla. Experto de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín explica por qué para ejecutarla es crucial entender cómo funciona, su seguridad y sus usos.

“Esta es una energía más limpia, sostenible, y una fuente ‘firme’ que no depende de factores ambientales, como las hidroeléctricas o los paneles solares”, destacó el profesor David Galeano, de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín, en un reciente video publicado en la sección ABC de Periódico UNAL.

Precisamente desde el accidente de Fukushima (Japón) en 2011 los desafíos energéticos y medioambientales que afronta el planeta están impulsando un auge de la energía nuclear en el mundo.

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas, a diciembre de 2022 había 422 reactores en operación en 33 países, que producen alrededor del 10,5 % de la electricidad mundial; además, otras 58 unidades se están construyendo en 18 países, entre ellosChina, India, Corea del Sur, Rusia y Turquía.

La participación de América Latina y el Caribe en la generación de este tipo de energía es mínima, aunque 7 países (Argentina, México, Perú, Chile, Brasil, Colombia y Jamaica) suman 16 reactores de investigación de diferentes tipos y niveles de potencia.

Aunque Colombia cuenta con uno nunca ha desarrollado una industria alrededor de la energía nuclear, y ni siquiera tiene con una ley que la impulse. El experto señala que, “la transición energética ha llevado a incluir plantas solares y eólicas, que aunque son sostenibles no ofrecen el mismo nivel de energía firme que las plantas hidroeléctricas o térmicas”.

“El Documento Conpes 4075 de 2022 destaca que el Ministerio de Minas y Energía, junto con la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), evaluarán el potencial de la energía nuclear en la transformación energética del país. Este análisis, programado para desarrollarse entre 2023 y 2025, podría resultar en la inclusión de la energía nuclear como una opción viable en la política energética nacional”.

De otra parte, el Plan Energético Nacional 2022-2052 ha considerado la energía nuclear en varios escenarios de demanda que reflejan la visión de los planificadores del país sobre esta tecnología como una opción real y factible. “Para apoyar el avance hacia la energía nuclear se espera presentarle al Congreso de la República la Ley Nuclear y de Protección Radiológica para organizar institucionalmente el sector nuclear en Colombia”, menciona el experto.

¿Qué es la energía nuclear?

Según la OIEA, esta es una forma de energía que se libera desde el núcleo o parte central de los átomos, que consta de protones y neutrones. Se puede producir mediante fisión (cuando los núcleos de los átomos se dividen en varias partes) o mediante fusión (cuando estos se fusionan).

“La fisión nuclear es un método desarrollado en 1940 que hoy se utiliza en todo el mundo para producir electricidad a partir de energía nuclear; en esta, la cantidad de energía provocada por la reacción en cadena en la que el núcleo de un átomo pesado –de uranio o plutonio– se divide en dos o más núcleos de átomos más ligeros”, explica el profesor Galeano.

¿Cuáles son los principales mitos?

Con respecto a por qué es una energía más limpia y qué pasa con los desechos, el profesor anota que “no todas las plantas nucleares tienen toberas, o sea salidas de vapor, que quizá forman parte del imaginario de las personas cuando se hace referencia a una infraestructura de este tipo; de hecho, se calcula que solo el 40 % de las plantas cuentan con ellas. Lo que sale por ahí es solo vapor de agua no radiada, ya que la radicación de una planta siempre está contenida en el núcleo y no sale de ahí; estas no emiten gases de efecto invernadero y es limpia en cuanto a los residuos”.

Amplía que “contrario a lo que se suele pensar, no es un problema volumétrico; por ejemplo, todos los residuos nucleares de Estados Unidos, generados desde la década de 1940, cuando se instaló la primera planta, cabrían en una cancha de fútbol americano; tampoco explotan y hay un reciclaje constante de los combustibles que se generan allí”.

Otro mito frecuente es que al promover la generación de energía nuclear se estaría impulsando la producción de armamento nuclear. En ese sentido, el investigador anota que “para una planta se requiere desde uranio natural hasta el 3 o 4 % de enriquecimiento, y para una bomba se necesitan 90 %; además el uranio no lo venden en una ferretería, para acceder a él se debe cumplir un proceso estricto, avalado internacionalmente y muy regulado”.

En relación con la creencia de que no hay uranio, manifiesta que, “a diferencia de los combustibles fósiles que se encuentra en unas zonas específicas, el uranio está ampliamente distribuido alrededor del mundo; incluso Colombia tiene uranio, en 2012 se decretaron 20 millones de hectáreas como reservas estratégicas”.

En definitiva, el profesor Galeano subraya que para evitar el rezago en el desarrollo de la tecnología nuclear la sociedad colombiana debe transformar su percepción, apoyada siempre en la evidencia científica.

 

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