Alrededor de las 11:00 de ayer fue controlado el incendio forestal que desde la mañana del domingo afectó una zona de páramo cercana a la Reserva Ecológica Antisana, en el límite entre las provincias de Pichincha y Napo.

Durante la tarde, los integrantes del Cuerpo de Bomberos de Quito (CBQ) se dedicaron a realizar tareas de enfriamiento en el lugar, ubicado unos 50 kilómetros al suroriente de la capital, con el fin de evitar que el fuego se reactive.

De su parte, la Unidad de Investigación de Incendios de la entidad realizaba un peritaje para determinar las causas del hecho. No obstante se  presumía que podría tratarse de una quema agrícola realizada por comuneros que, debido a las características de la topografía, las dificultades de acceso y las condiciones climáticas desfavorables se propagó por el área.

La extensión que alcanzó el siniestro no era anunciada de manera oficial hasta anoche; sin embargo, una fuente de las entidades que combatieron las llamas aseguró de manera extraoficial que la afectación de las llamas pudo superar las 50 hectáreas.

En el área, además de la paja típica del páramo, existen al menos otras 7 especies vegetales; entre ellas, pumamaqui, chuquiragua, frailejón y almohadillas. Estas últimas contribuyen a la reproducción del ciclo del agua, un dato importante si se toma en cuenta que de los páramos del Antisana proviene alrededor del 40% del líquido que consume la capital.

En el área existen unas 120 mil hectáreas de almohadilla, una especie de esponja natural que almacena durante los meses de lluvia (de febrero a mayo y entre octubre y noviembre, regularmente) el equivalente a 70 veces su peso en agua. Y cuando está llena desaloja los excedentes a través del suelo hasta las vertientes de la zona.

Esta cobertura vegetal sirve, a su vez, como hogar de una gran variedad de insectos, además de unas 11 especies superiores como aves y mamíferos.

El incendio habría provocado la huida de la mayor parte de la fauna que habitaba la zona quemada. No obstante, según información proporcionada el lunes por Christian Rivera, integrante del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, los cuerpos de algunos especímenes habrían sido encontrados durante las tareas de extinción del fuego.

Entre tanto, el cervatillo de cola blanca que fue rescatado la mañana del lunes en las cercanías del siniestro continuaba siendo atendido este martes en la clínica veterinaria de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).

El animal fue encontrado por integrantes de la Unidad de Policía del Medio Ambiente (UPMA) y entregado a funcionarios del Ministerio del ramo presentes en el sitio para su traslado, evaluación y cuidado.

Dependiendo del estado del animal, podría ser reinsertado en su hábitat natural en los próximos días o semanas. Las dificultades que presenta la zona en que ocurrió el incendio forestal obligaron a realizar un trabajo interinstitucional para controlar las llamas.

Para luchar contra el evento adverso se contó con la participación de 120 efectivos del CBQ, entre oficiales y personal de tropa; intervinieron, además, 50 miembros de las Fuerzas Armadas y más de una decena de guardaparques del Ministerio del Ambiente.

Para la coordinación interinstitucional de respuesta, se instaló un PMU (Puesto de Mando Unificado) en el parque central de Píntag, en el que prestaron su contingente otras instituciones como el COE Metropolitano, Secretaría de Riesgos, Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos del cantón Rumiñahui. (I)

Fuente: El Telégrafo | ElProductor.com

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