A la creciente de los ríos Cristal (de Montalvo), Las Juntas y San Pablo pertenecientes a Babahoyo, se le atribuye la inundación de cientos de hectáreas de cultivos, principalmente de arroz.
La fuerza del agua provocó que varios muros de contención y carrozables en recintos como La Huaquilla, La Mascota y 24 de Mayo, colapsaran en estos dos sectores fluminenses, generando que a primeras horas de la mañana de ayer, el agua entrara con facilidad hacia los sembríos.
Lorenzo Montes fue uno de los campesinos que se mostraba desconsolado al observar como unas 400 cuadras de arroz y maíz quedaron cubiertas por unos dos metros de agua en el sector del cruce al Proyecto de Riego Cedegé.
“Una vez más el descuido de las autoridades nos ocasiona pérdidas. En el verano no alzaron los muros y aquí están los resultados. Siempre se les dijo que los muros estaban muy bajos pero no nos escucharon, es lamentable decirlo pero los cultivos ya no sirven”, lamentó Montes.
Recién sembraban
Ernesto Morán, un pequeño agricultor del recinto La Huaquilla, contó que este año prestó dinero para sembrar dos cuadras de arroz, pero no imaginó que el agua terminaría con sus esperanzas de hacer una buena cosecha inviernera.
“Invertí cerca de mil dólares en esta siembra porque compré semilla y los insumos necesarios para aplicárselos, pero la creciente se vino de un momento a otro y nos madrugó”, señaló el agricultor.
De su lado, Héctor Ocampo, arrocero del sector Los Beldacos y Sabanetilla, manifestó que en este punto la situación es crítica para él y sus colegas. Su caso es desesperante, pues son 120 cuadras de arroz las que están afectadas.
“Tenemos arroces sembrados de entre ocho y 15 días pero ya están bajo el agua. Hemos invertido mucho, cada saca de semilla cuesta 100 dólares, más el trabajo de las maquinarias y los líquidos que son sumamente caros. No sabemos ni qué hacer para pagar el dinero que nos prestaron las empresas financieras para la cosecha”, dijo.
Recintos afectados
El vicepresidente nacional de la Corporación Nacional de Arroceros del Ecuador (Corpnoarroz), Washington Núñez Gaibor, durante un recorrido por los sectores de Babahoyo y Montalvo que presentan esta problemática, sostuvo que si el nivel de las aguas no bajan durante los próximos cinco días las pérdidas pueden llegar a ser incalculables.
“Tenemos una creciente fuerte y hasta ahora (ayer en la mañana) ya se reportan más de 400 hectáreas inundadas solo en recintos como 24 de Mayo, La Mascota, La Alcancía, Las Conchas, San Joaquín y La Huaquilla”, detalló el dirigente arrocero.
Agregó que al estar recién sembrados los cultivos, el agua no permite que la semilla germine. Además, asegura que en el caso de los cultivos a los que ya se les fue aplicado algún tipo de fertilizante, con el agua se transforma en un tóxico que hace podrir la planta.
“Aquí solo ha llovido alrededor de unos 200 milímetros pero las crecientes vienen desde nuestra serranía (provincia de Bolívar) con mucha fuerza y a ello se debe el desbordamiento de los ríos”, aseveró Núñez.
Peligro
La no culminación del dique perimetral en el Proyecto Cedegé, ha permitido que el agua ya empiece a cruzar la vía e invadir los cultivos hacia el sistema de riego Babahoyo donde se manejan 10.507 hectáreas.
“Estos cultivos están en riesgo. Esperemos que la creciente ya se detenga porque de lo contrario no nos queremos ni imaginar lo que pasaría si esas plantaciones de arroz se pierdan. Dentro de este Proyecto somos 981 usuarios”, afirmó el Vicepresidente de la Corpnoarroz.
Los agricultores responsabilizan de esta situación a las autoridades de turno por no levantar los muros en el tiempo
prudente. (NDA)

Viviendas que están en riesgo
° Tras el desbordamiento de varios ríos en Babahoyo y Montalvo, no solo los cultivos están en riesgo, sino también las viviendas y las personas que allí se refugian. En el recinto La Huaquilla son decenas las casas que soportan las correntadas. El peligro es que esto debilita las bases y podrían ser arrastradas en cualquier momento, sin embargo, se rehúsan a salir de sus viviendas por temor a que los antisociales los visiten.
Bolívar Flores cuenta que este panorama es de todos los años. “Como no nos han reparado los muros nos hemos inundado, los caminos vecinales están destruidos y no hay como pasar ni en moto ni en carro. Nuestras casas se están yendo a pique. Autoridades, por favor acuérdense de nosotros”, exclamó.
Por su parte, Byron Echeverría, quien se encontraba alzando su cama y electrodomésticos para que no sean alcanzados por el agua, señaló que la creciente es fuerte y no les quedaba otra opción más que prepararse bien para no ser sorprendidos.

 

 

 

Fuente: La Hora | ElProductor.com

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