En septiembre, asociaciones de productores y cooperativas brasileñas solicitaron medidas para controlar la entrada en el país de productos lácteos desde Uruguay. Las cifras pesaban: en 2016 el país ingresó 102 mil toneladas de lácteos al Brasil, llegando a representar un tercio del total de exportaciones uruguayas allí.

¿Cómo es posible haber alcanzado ese volumen? Hasta 2023, los países del Mercosur aplican el Arancel Externo Común (AEC) del 28% para productos fuera de la zona. Siendo ambos países parte del Mercosur, Uruguay evita pagar esta tasa, reduciendo en mucho el coste de importación. Gracias a eso, Uruguay tiene una ventaja competitiva frente a otros mercados, y el precio de los productos en el mercado brasileño puede ser incluso más bajo que el de la producción local. Así es como los medios brasileños reportaban en octubre una caída del precio de la leche del 23%.

Esta situación, que desde Brasil se ha calificado como excesiva, ha llevado al país a solicitar un sistema de cuotas sobre el libre comercio en el Mercosur. Argentina, de hecho, ya convino limitar sus exportaciones y hoy sólo ingresa a Brasil 4.500 toneladas al mes.

Las presiones para que ese sistema se extendiese a Uruguay, provenientes en su mayoría de los productores lecheros de Rio Grande do Sul y Minas Gerais, detonaron que el ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, anunciase su voluntad no sólo de establecer el susodicho sistema de cuotas, sino incluso de eliminar la leche del listado de productos de comercio libre en el Mercosur. «Trabajamos en esa dirección”- apuntó el ministro, “ya que esta situación se está volviendo insoportable para el productor brasileño, en función de los costos locales que hacen inviable competir con ellos.»

Ante las declaraciones, el ministro uruguayo de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, aseguró que, contra las pretensiones de Brasil, la normativa del Mercosur «no permite establecer cuotificaciones de productos de forma unilateral», y resaltó lo perjudicial de un conflicto de este tipo frente a las relaciones con la Unión Europea.

Sin embargo, y bajo acusaciones de que la leche de Uruguay ni siquiera provenía de dicho país, el 10 de octubre Brasil suspendió las importaciones de lácteos uruguayos por completo. «La medida no se levantará hasta que Uruguay consiga demostrar que el 100% de la leche que importamos es de origen uruguayo», dijo entonces Maggi.

Ante el peso mediático que desató la noticia en ambos países, el día 13 de octubre el presidente de Brasil, Michel Temer, aseguró a su contraparte en Uruguay, Tabaré Vázquez, que no habría inconveniente alguno en revisar la suspensión de los productos lácteos uruguayos y readmitir su ingreso al país. Sin embargo, esta medida todavía no se ha hecho efectiva.

El presidente de la República, Tabaré Vázquez, aseguró el día 17 que había “un diálogo planteado entre los ministerios de ambos países. Pero hemos visto, con un poco de asombro, que hubo un autorización de ingresos de productos lácteos hasta este jueves 19 de octubre y después está a consideración de la conversación técnica”. Según el mandatario, el bloqueo continuado de Brasil puede responder a un conflicto interno del país que todavía está pendiente de solucionarse.

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