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Argentina inició negociaciones con el Fondo Monetario Internacional con miras a firmar un acuerdo entre junio y julio, según han confirmado autoridades de ese país.
Las reuniones ya iniciaron el 10 de mayo entre la directora del organismo Christine Lagarde y el Ministro de Hacienda de Argentina, Nicolás Dujovne.
El presidente argentino Mauricio Macri anunció que buscará apoyo financiero del FMI para “frenar el desplome del peso” que se devaluó en 15% en dos semanas y afrontar la salida de capitales hacia Estados Unidos.
En entrevista con Andes, el docente de la Universidad Nacional de Córdoba Enrique Bianchi indicó que el gobierno tuvo una corrida cambiaria que empezó a principios de enero.
Explicó que los capitales golondrina empezaron a llegar dos semanas antes del vencimiento de las letras del Banco Central (LEBAC) que se licitan cada tercer martes del mes, y ello generó una corrida en el mercado cambiario de parte de inversores extranjeros que sacaron sus capitales de Argentina.
“La reacción del gobierno del presidente Macri fue acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) como una solución de última instancia», dijo, y añadió que el gobierno pedirá cerca de 30 mil millones de dólares, pero no se sabe de qué manera y en qué tiempo serían entregados estos recursos.
Bianchi consideró que el FMI pedirá profundizar el ajuste fiscal y hacerlo más rápido.
“Más flexibilización laboral y más apertura económica, con lo cual no creo que genere un camino de solución. Las causales de esta crisis es que al desregularse el mercado financiero en Argentina llevó a que las exportaciones de granos, primera fuente de generación de divisas no tengan la obligación de liquidarlas en el mercado argentino, no creo que esas condiciones sean las mejores, incluso desalentadoras”, explicó
El catedrático dijo que en el último año Argentina entró en una debilidad muy grande al endeudarse rápidamente en dólares y creer que salir del ‘cepo cambiario’ era cuestión de liberar el mercado cambiario, pero se generó mayor vulnerabilidad de la economía argentina frente a los shocks externos.
“Con Fondo o sin Fondo, Argentina está en una situación de suba de tasas internacionales por lo cual está en una situación de mucha vulnerabilidad, creo que el gobierno ha ganado tiempo, pero veremos en los próximos meses que es lo que sucede”, afirmó.
Indicó que esta situación es similar a la que se vivió en 2001 antes de la caída del presidente Fernando De la Rúa (1999-2001), cuando se estuvo negociando con el FMI un préstamo en condiciones externas vulnerables.
En cuanto a las quejas ciudadanas de los últimos días en las calles de la ciudad de Buenos Aires, ante la inconformidad por el acercamiento del gobierno al organismo internacional, los despidos y al alza de tarifas en los servicios básicos, Bianchi consideró que va a seguir la tensión y el conflicto social.
“No se ha escuchado al momento de alguna medida paliativa que el gobierno tome sobre los sectores más vulnerables y no solamente los pobres, sino también la clase media”, señaló.
Además, dijo que persiste la incógnita sobre qué va a pasar con las tarifas de los servicios porque “el gobierno básicamente dolarizó el costo de la energía, el combustible, el gas que es la principal fuente de calefacción de los hogares» y alertó que esto «puede traer mucha inestabilidad social, no se sabe cómo se comportarán los diferentes actores sociales, lo veremos en las próximas semanas”
El costo de las tarifas también impactó en las pequeñas y medianas empresas, y en general en toda la industria y en todos los sectores productivos de la economía, opinó Bianchi.
También indicó que los sectores sindicales argentinos están muy opuestos a una reforma laboral como la brasileña y que para ello el gobierno necesita recuperar capital político de manera urgente para a fin de llevar a cabo medidas de ajuste como despidos masivos de trabajadores del sector público, congelamiento de jubilaciones, entre otros aspectos que él estima que se trata de un plan con componentes recesivos.
Incluso dijo que si, hipotéticamente, el FMI prestara a Argentina “sin condiciones”, eso tampoco resolvería la situación económica de ese país, porque está viviendo una etapa de “fuga tremenda de capitales tanto de residentes en Argentina, como de empresas internacionales, que en realidad es prestar plata para un agujero negro, de un día para el otro te lo pueden prestar y de un día para el otro se puede fugar al exterior”.
En declaraciones a esta agencia, el economista y exministro de Economía de Ecuador Mauricio Pozo indicó que cuando existe un excesivo endeudamiento y el Estado es de gran tamaño, se tienen que buscar más recursos, por lo que endeudarse con los organismos multilaterales es más barato que hacerlo con grupos financieros internacionales.
“La ventaja adicional es que ayuda a bajar el riesgo país, refinanciar la deuda es más barato porque es más viable canjear deuda cara por barata, por otro lado, para el inversionista extranjero también le da una garantía porque la economía se nutre de liquidez del exterior», indicó.
Explicó que sí tiene costos, pero aseguró que los programas del FMI no son lo que eran hace 15 o 20 años, sino que el Fondo es más flexible en muchos aspectos, pero que hay varias cuestiones que se deberán hacer con o si ese organismo multilateral.
Pozo manifestó que el acuerdo entre el FMI y Argentina hace que se mejore la imagen internacional de ese país, atraer inversión y replantear la deuda. “Sin el Fondo esos procesos son mucho más complicados, va a haber costos como si ha ocurrido, eso es imposible evitar, pero cruzarse de brazos es peor”, acotó.
Sin embargo, frente a los capitales golondrinas que han existido en Argentina, Pozo destacó que “si el programa económico no genera la confianza que se requiere, existe el riesgo de que la plata vuelva a salir».
«Eso es verdad, y eso no se arregla con normas, ni restricciones a la salida, sino con un buen entorno que indique que se cambió la ruta de la conducción económica, hay más posibilidades de que los capitales que salgan sean pocos», apuntó.
