La inseguridad continúa siendo unos de los principales cuellos de botella para los pescadores artesanales. Ellos ven con preocupación que en esta campaña presidencial es poco lo que se habla sobre proyectos para el sector y cómo combatir este flagelo que aumenta el desempleo o acaba con la vida y patrimonio de quienes se dedican a esta actividad.
Arístides Ramírez, pescador artesanal del puerto de Chanduy, narra que sale de su casa a las 2 de la tarde y llega al día siguiente después de una madrugada de pesca, donde la incertidumbre es grande, ya sea por no tener una buena captura o por la inseguridad que representa salir a altamar.
Según el último censo pesquero en el país hay 59.616 pescadores artesanales que están sin respaldo por falta de un seguro para sus ejercer sus labores, además necesitan nuevos proyectos y créditos que los beneficien frente a los pescadores industriales que acaparan el mercado pesquero.
Fuente: El Productor.com