«El desafío más arduo para los productores es hacer frente a las condiciones meteorológicas extremas, causadas por el cambio climático, que se traducen en estrés dañino para los cultivos. Apostar por soluciones innovadoras y sostenibles nos ha permitido gestionar los aspectos estratégicos de la actividad en campo, logrando prevenir situaciones de estrés para las plantas y los ataques de insectos y fitopatógenos. Además, nos ha ayudado a alcanzar una producción de residuo cero, para la cual actualmente estamos certificados al 100%», comenta Nicola Ambruosi, CEO de la empresa italiana Ambruosi & Viscardi, una de las mayores productoras de hortalizas de hoja en Italia, que desde hace algunos años ha adoptado con éxito una solución basada en agricultura de precisión y biocontrol de Evja, una empresa joven y dinámica que apoya a los agricultores en el monitoreo y protección de los cultivos.

Agricultura de precisión
«En cada tipo de cultivo hemos instalado las estaciones microclimáticas de Evja, que nos proporcionan datos edafoclimáticos, consultables en tiempo real y de forma remota», declara Angelica Acquaroli, técnica agrónoma de Ambruosi & Viscardi. «De esta manera, siempre podemos conocer con exactitud diferentes parámetros como la temperatura, la humedad, la radiación solar y el contenido de agua en el suelo. Tenemos en nuestras manos una guía fundamental para programar las intervenciones de riego, gracias a parámetros que nos permiten conocer con precisión el estado de nuestras hortalizas, como por ejemplo el grado de evapotranspiración».

Las estaciones de Evja constituyen una red de sensores para el monitoreo de cultivos y son parte de un sistema de soporte de decisiones patentado, que también ofrece modelos agronómicos predictivos y algoritmos patentados para el manejo de fitopatologías y riego, y un historial de datos por parcela para el análisis de los datos agroclimáticos. El sistema de Evja también optimiza el uso de productos de lucha biológica, permitiendo su aplicación cuando las condiciones microclimáticas son más favorables.

«Hemos adoptado estas herramientas desde hace algunos años con gran éxito, a lo largo de todo el ciclo de cultivo», explica Ambruosi. «Además, elegir variedades adecuadas para el microclima específico de nuestros campos es una estrategia imprescindible. No podemos utilizar semillas que hayan sido producidas en zonas climáticas diferentes, porque las plantas no tendrían los recursos correctos para dar lo máximo de sí en el campo. Por esta razón hemos empezado a reproducir de manera autónoma las semillas de acelga y achicoria, y hemos visto que las variedades autóctonas responden mucho mejor tanto al frío como al calor».

«El microclima es, por lo tanto, un factor cada vez más imprescindible para la gestión de cultivos. Por lo tanto, la estrategia ganadora debe contemplar el monitoreo, el análisis y la previsión con herramientas prácticas y científicas», concluye Ambruosi.

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