Uno de los ejes trasversales y primordiales para el desarrollo de un sector, es definitivamente el tema de una clara Institucionalidad.

Las Instituciones son mucho más que nombres o edificaciones; estas se sustentan en Políticas Públicas que se entiende son de mediano y largo plazo, donde las líneas de acción y visiones no deberían ser de menos de 15 años plazo.

En el caso particular del sector Agropecuario, fundamental del quehacer cotidiano, por el mismo hecho de ser mayoritariamente el generador de alimentos, podemos observar que tenemos varias instituciones, y gran cantidad de edificaciones donde se trabaja y se emiten normas; Ministerio de Agricultura y Ganadería, Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y otras instituciones adscritas al mismo, sin embargo cuando hacemos una evaluación de Políticas Públicas, se presentan algunas inquietudes.

Hemos observado a través de las últimas décadas, la inestabilidad en sus directivos, y más allá del cambio de personas, hemos podido palpar que dependiendo de la “visión” de cada uno de ellos, lo que se ha planteado es un re direccionamiento de la que se convierte en “Política de Funcionario” más que en un sostenimiento de una Política de Estado.

La Agricultura y la Ganadería no pueden ser vistas como actividades cortoplacistas, pese a que existen cultivos de corto plazo, por el contrario, la inversión y activos que estas requieren, principalmente se fundamentan en la tierra, que de por si no es un activo que se considera para depreciación.  La tierra agrícola, debe ser tratada cuidadosamente para evitar su deterioro, erosión o cambio de condición, y velar por su buen mantenimiento y conservación a través del tiempo.

El permanente cambio, de “Políticas de Funcionario” no han permitido un desarrollo armónico y creciente del sector agropecuario, impidiendo que las condiciones naturales y ubicación geográfica que el Ecuador posee hayan podido ser debidamente potenciadas.

Es necesario, que el Sector Público y el Sector Privado, con una visión futurista y de largo plazo (no menos de 20 años), de forma conjunta establezcan un camino para el desarrollo Agropecuario, Agroindustrial y con definiciones Comerciales claras visión del nuevo consumidor, apostando a la integración de las cadenas productivas, principales generadoras de empleo pleno, desarrollo tecnológico y generación de divisas, reconociendo que este es un sector productivo 100% renovable.

El adecuado impulso al sector Agroalimentario y demás cadenas productivas agrícolas en el Ecuador, son definitivamente el nuevo Eje de Desarrollo Económico para los próximos 50 años.

Autor: Rodrigo Gómez de la Torre

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