Rodrigo Gómez de la Torre

Es importante ver y reconocer, que probablemente de las muy pocas POLITCAS DE ESTADO que se pueden evidenciar de manera clara, es la que tiene que ver con la apertura comercial del Ecuador al mundo.

Desde tiempos inmemoriales, se pueden identificar los procesos de intercambio, en otras épocas mejor identificados como TRUEQUE. Es así como hace más de 5000 años el cacao de la zona sur oriental de lo que conocemos como Ecuador, llega a zonas geográficas, como lo que conocemos hoy como México. De igual manera podríamos encontrar ejemplos de la época colonial y ya, como república, nuestra vocación exportadora, que es lo que registramos en la memoria colectiva, es muy relevante. Situación que, a la fecha, no ha cambiado.

Cada gobierno ha mantenido discursos no necesariamente de apertura, sin embargo, las acciones y los hechos, han demostrado que el Ecuador es un país que está interesado en participar más activamente en los procesos de intercambio comercial, a través de varias figuras jurídicas, cada una con sus matices, ventajas y limitaciones, pero todas relacionadas con miras a mayor intercambio comercial.

Considero importante anotar, que un país exportador, es de igual manera un país importador, donde incluso puede caer la balanza en el mismo tipo de productos. El caso de Chile, es un gran ejemplo, ya que es un país importador de ciertas materias primas, y eso no ha implicado que no sea un gran exportador de productos primarios de igual manera.

Ahora, siempre van a existir temas sensibles, sea de importación como de exportación, y donde la política como tal podría jugar un papel muy relevante, con temas ajenos a la producción, productividad y/o características técnicas y sanitarias, en lo positivo o en lo negativo.

Con estos últimos antecedentes la relevancia que la Política Nacional, donde el actor privado tiene la mayor relevancia, como el principal interesado, tiene que ir de la mano de un fortalecimiento institucional y la autonomía económica y financiera de las agencias técnicas de control zoo y fito sanitario en lo primario, y de control y certificación de calidad en productos manufacturados.

Estas entidades son fundamentales, para los procesos comerciales. Se requieren estos certificados para validar la exportación de productos, al igual que para medir y realizar controles de los productos que se importan.

Cuando estas entidades son dependientes de gobierno central, y particularmente de los recursos que se le entregan a través la cuenta del tesoro nacional, muchas veces se dan falencias sustentadas en las prioridades políticas de un gobierno. Por otro lado, cuando estas entidades, a través de los cobros que realizan para los certificados, sean para exportación e importación, se vuelven independientes financieramente, pueden generar su trabajo de mejor manera. Esto no implica que dejen de ser parte del gobierno, pero si se vuelven independientes de la política, que además se vuelve coyuntural.

La autonomía financiera de las entidades de control, debe ser el mayor interés del sector privado y recordar siempre, que estas están vinculadas directamente a convenios y acuerdos comerciales, que están por sobre las leyes locales. (Art. 425 de la Constitución)

RODRIGO GOMEZ DE LA TORRE

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