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IMPLICACIONES

• El consumidor desconoce por completo que la industria agropecuaria produce más que solo alimentos y que el reciclaje de subproductos de origen animal impide el desperdicio en los sistemas de producción pecuaria al usar casi todos los subproductos de la producción de la carne.

• El reciclaje de subproductos de origen animal o rendering es altamente sustentable; “El rendering es el reciclaje/suprarreciclaje” y respalda a los tres pilares de la sustentabilidad (ambiental, social y económico).

• Es esencial para la producción de ingredientes sustentables de alimentos balanceados y para mascotas, así como de muchos productos no comestibles de uso diario para el consumidor.

• Ampliar el uso de productos reciclados en los alimentos balanceados mejoraría la sustentabilidad en todos los ámbitos.

• El reciclaje fomenta la sustentabilidad ambiental al usar los subproductos que de otra forma serían tratados como desperdicios alimenticios, de este modo eluden los rellenos sanitarios u otras opciones de eliminación menos deseables.

¿QUÉ ES EL RECICLAJE DE SUBPRODUCTOS DE ORIGEN ANIMAL?

Para aclarar, a lo largo de todo el artículo nos referiremos al rendering o reciclaje de subproductos de origen animal como ‘reciclaje’.

Render, del verbo en francés rendre, que significa “devolver”, es el acto de procesar y cocinar la carne no deseada o sin comer del ganado y aves (así como el aceite vegetal para cocinar usado [AVU]) que queda después de sacrificar un animal y de recolectar la carne para consumo. De esta forma, en el reciclaje se procesan de forma inocua e higiénica para crear nuevos productos para que no haya desperdicio. Los recicladores suprarreciclan dicho material sin usar (grasa, proteína, plumas, huesos, etc.) para nuevos usos secundarios (Meeker y Hamilton, 2006; figura 1).

El reciclaje de subproductos de origen animal ha existido por siglos y es una de las prácticas de “reciclaje” más antiguas. Es por eso que a menudo se dice que el reciclaje es una “reutilización” ya que el proceso de reciclaje “devuelve” en forma de productos nuevos, de alto valor, reciclados (Meeker, 2020), además de que al mismo tiempo restituye recursos al ambiente en forma de recuperación de agua y ahorro de espacio en los rellenos sanitarios, así como una menor emisión de gases de efecto invernadero (GEI).

En sus inicios, el reciclaje de subproductos de origen animal se usaba principalmente en la elaboración de jabón y velas, en su mayoría hechas en una olla al fuego. El siglo XIX trajo un mayor desarrollo a los procesos de reciclaje que permitió a los pequeños recicladores y empacadores de propiedad familiar elaborar productos tanto comestibles como no comestibles (Meeker, 2020).

Muchos consumidores de carne en Estados Unidos consideran “no comestible” apenas el 50% del animal, lo que deja una gran cantidad de material de sobra (NARA, 2020). El reciclaje recupera este alimento que de otra forma sería desperdiciado (proteína, huesos, grasa, etc.) así como el AVU de restaurantes, y los transforma en ingredientes para incontables nuevos productos que se suprarreciclan la mayor parte de esta carne no deseada del sacrificio y procesamiento en cosas como ingredientes de alimentos para animales, alimento para mascotas inocuos y nutritivos, productos de belleza, del hogar e industriales, biocombustibles y muchos otros bienes útiles y comunes.

En lugar de desperdiciar dichos sobrantes mediante otros métodos de eliminación, los recicladores de Estados Unidos y Canadá los transforman en 15.7 millones de toneladas anuales de productos de grasa, aceite y proteína (NARA, 2020). Al hacerlo no solo generan combustibles alternativos y sustentables con los se que abastecen camiones, trenes, buques y otros vehículos, sino también alimenta de forma nutritiva al ganado, cerdos, pavos, pollos, mascotas y otros animales.

Como consecuencia, quedan fuera de los rellenos sanitarios grandes volúmenes de sobras de carne y AVU, lo que resulta en una reducción neta de emisiones de carbono, una disminución sustancial de GEI, menos desperdicios alimenticios y ahorro de espacio en los rellenos sanitarios. Los recicladores y personas involucradas en la industria del reciclaje de subproductos de origen animal desempeñan un papel importante en la disminución de desperdicios alimenticios, al reutilizar recursos agropecuarios valiosos y contribuir económicamente en las economías locales, estatales, nacionales e internacionales de manera positiva.(NARA, 2020).

SEGURIDAD Y REGULACIÓN

Durante el proceso de reciclaje de materiales son de suma importancia las prácticas de inocuidad. Los recicladores cuentan con sistemas de control de calidad e inocuidad en funciones con programas voluntarios como el Código de Prácticas de la Industria del Reciclaje de Subproductos de Origen Animal (NARA, 2017) diseñado para anticipar riesgos que pudieran darse y prevenirlos. Cada planta

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de reciclaje desarrolla su propio plan de inocuidad de alimentos balanceados de acuerdo con las materias primas a procesar y los productos fabricados. Estos sistemas de control garantizan que las temperaturas de cocción sean lo suficientemente altas para eliminar a las bacterias y controlar la contaminación microbiana patógena.

Hay otros programas que también están dirigidos a la limpieza de la planta y del transporte, además de otras medidas de bioseguridad como el control de tráfico. Se usan estrictos protocolos de pruebas para verificar que los procesos de reciclaje se manejen y funcionen de forma precisa. Los programas de pruebas incluyen capacitación y un estricto registro de documentación, así como comprobaciones aleatorias y de seguimiento por parte de auditorías independientes para garantizar que las plantas sigan al pie de la letra las instrucciones y protocolos del plan que garanticen la inocuidad del producto. Durante años estos programas voluntarios se han llevado a cabo y han preparado bien a la industria para el cumplimiento, pues se implementaron mucho antes que fueran obligatorias las reglamentaciones de la Ley de Modernización de la Inocuidad Alimentaria (FSMA).

Las normas y reglamentaciones de la FSMA son la reorganización más completa de las regulaciones de inocuidad alimentaria de la FDA en más de 70 años. El Congreso aprobó la legislación el 21 de diciembre de 2010 y el presidente Obama firmó la ley el 4 de enero de 2011. Por varios años la FDA finalizó y publicó las reglamentaciones junto con la industria mientras que la fecha de entrada en vigor empezó en 2015. La FSMA se divide en siete normas diferentes, con la intención de proteger al suministro de alimentos de EE. UU. en todos sus puntos.

El objetivo es transformar el sistema nacional de inocuidad alimentaria mediante el cambio del enfoque de reaccionar a prevenir las enfermedades de origen alimentario. La FSMA no cubre el sacrificio de animales de carne y aves que ya cubre la inspección del USDA, pero sí reglamenta todos los alimentos e ingredientes de animales con algunas excepciones (FDA, 2020).

La FSMA exige a todos los fabricantes de alimentos balanceados e ingredientes un análisis de riesgos y controles de prevención como la implementación de operaciones de cocción validadas y monitoreadas para todos los probables riesgos. En todas las plantas se exigen buenas prácticas vigentes de manufactura en la capacitación, desinfección, operaciones, equipo y otras áreas para garantizar una producción inocua. Las plantas de reciclaje se encuentran entre los productores de ingredientes de alimentos balanceados más rigurosamente examinados e inspeccionados del mundo, así que la industria del reciclaje de subproductos de origen animal tiene un alto grado de cumplimiento de las reglamentaciones de la FSMA.

MÁS QUE ALIMENTOS – TODOS LOS DÍAS NOS RODEAN PRODUCTOS RECICLADOS

A menudo los recicladores debaten sobre los “4 grandes” mercados de productos reciclados: alimento para mascotas/para animales, combustibles, productos oleoquímicos y fertilizantes. Sin embargo, otros productos reciclados de los que poco se habla son el hueso para gelatina (astillas de huesos recicladas) para elaborar cápsulas de gel que se usan en vitaminas, suplementos y medicamentos, cosméticos (como lociones y jabones a base de grasas recicladas) e incluso llantas o neumáticos.

La grasa reciclada por sí sola se usa en la producción de diversas aplicaciones no alimentarias como velas, detergentes, suavizantes de telas, desodorantes, cremas para afeitar, perfumes, cosméticos, lociones, crayones, pintura, lubricantes, biodiésel, plástico, materiales repelentes al agua, cemento, cerámica, gis/tiza, fósforos/cerillos, anticongelante, aislantes, linóleo, goma/hule, textiles, medicamentos y jabón (Iowa State University Extension, 2020; Figuras 2–4).

La mayoría de las grasas recicladas provienen de ganado de engorde como el sebo, cerdos como la manteca y aves como grasa avícola. Un porcentaje menor de grasas totales proviene de otras especies, como ovejas por el sebo y pescado. Particularmente, las grasas recicladas tienen muchos usos industriales adicionales, pues más del 70% requieren de procesos como refinado, filtrado, blanqueado, hidrogenación, trans-esterificación y secado antes de poder transformarse en productos nuevos. Todos estos procesos para grasas entran en una categoría llamada oleoquímica.

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Figura 3. Gis (tiza)
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Figura 4. Botellas de perfume (perfumes)

El jabón se usa como ejemplo histórico de un producto hecho de grasa reciclada: las grasas más duras producen jabones más firmes, mientras que las grasas más suaves producen jabones más blandos; las grasas más duras resisten la oxidación, por lo que los jabones más firmes no se enrancian tan rápido (como los jabones más suaves). Los ácidos grasos libres proporcionan una medida de la cantidad de hidrólisis que se lleva a cabo dentro de la molécula de grasa. El tiempo, la temperatura y la presencia de humedad favorecen la hidrólisis de la grasa en ácidos grasos libres así como el glicerol necesario para el producto final. El color refinado y blanqueado (R&B) es un factor que se determina por el grado del daño hecho a la grasa. Conforme la industria fabricante de jabones creció e hizo más refinada, los estándares y las especificaciones de la calidad de la grasa animal se volvió más precisa para cumplir con las necesidades de la industria. Las especificaciones y terminología de la industria jabonera establecieron la base de los estándares y características de calidad que se usan en la actualidad.

Los usos industriales de las diferentes grasas dependen de las características determinadas por análisis como titulación, perfil de ácidos grasos, contenido de ácidos grasos libres (o a veces valor de acidez), valor de saponificación, color de R&B, índice de peróxido y la ausencia de impurezas como humedad y materia insaponificable. Es probable que las grasas recicladas tengan un procesamiento posterior como refinado, blanqueado y deodorizado y se usen como materias primas en la hidrogenación, hidrólisis a ácidos grasos y trans-esterificación a ésteres grasos. Muchos factores afectan la idoneidad de las grasas recicladas para dicho uso, como los tipos y mezclas de subproductos de origen animal a reciclar, las condiciones de almacenamiento de las materias primas antes de procesar, las condiciones de almacenamiento de las grasas recicladas después de su procesamiento y los métodos y procedimientos del proceso de reciclaje utilizado.

La blancura, o falta de color indica que la grasa se recicló a partir de materias primas de alta calidad y con buenas técnicas de reciclaje, lo cual es importante para un jabón terminado de calidad. La humedad, impurezas (como suciedad o metales) e insaponificables (esteroles vegetales y pigmentos de esteroles provenientes del contenido intestinal [forrajes, granos] de los residuos reciclados) son determinantes importantes de la calidad de la grasa y se indican con la abreviatura MIU. Un exceso de MIU ocasionará el deterioro de la grasa durante el almacenamiento (Meeker, 2020).

El combustible biodiésel es una subcategoría importante que es posible gracias al uso de materiales reciclados como grasas y proteínas. Un gran porcentaje del biodiésel y el diésel renovable de Estados Unidos está hecho de aceite para cocinar reciclado, también conocido como AVU, como el que utilizan en freidoras, con grandes cantidades que también provienen de las grasas animales. De acuerdo con la U.S. Energy Information Administration (EIA, 2018) en 2018 se produjeron 1,860 millones de galones de biodiésel. De ese total, el 9.2% de las materias primas (644,000 toneladas) fueron clasificadas como grasa animal y el 13.2% (918,000 toneladas) como grasa amarilla reciclada u otras, con AVU incluido en la categoría de reciclado. Debido a su composición química, al quemarse las grasas liberan cantidades de energía concentrada lo cual puede ser usado como biocombustible (Panwar et al., 2011).

Materiales como órganos, pelo, pezuñas y sangre también contribuyen a otros productos, además de los alimenticios. A continuación se muestran algunos ejemplos.

• Los componentes de la sangre se usan para colorantes y tintas, pegamentos, medicinas y materiales de laboratorio.

• Las pieles se usan en la producción de gelatina, cartón yeso, adhesivos y medicinas.

• Las pezuñas y cuernos también se usan para adhesivos, así como plásticos, fertilizantes para plantas, película fotográfica, shampoo, enmicados, papel tapiz y conglomerado de madera.

• El pelo puede usarse en filtros de aire, cepillos, fieltro, aislante, yeso y textiles.

• El cerebro y órganos internos se utilizan para producir cremas antienvejecimiento, medicamentos, cuerdas para instrumentos musicales, cuerdas para raquetas de tenis, hormonas, enzimas y vitaminas.

• Los huesos se usan para carbón, fertilizante y vidrio.

• Todas las proteínas recicladas como la harina de carne y hueso y la harina de sangre son ricas en nitrógeno y fósforo, y se pueden usar para producir fertilizantes naturales.(Jatana et al., 2020).

Muchos productos hechos con productos reciclados como el biodiésel, sorprenderían al consumidor y al público en general, mientras que otros bienes de consumo procesados a partir de proteínas y grasas (como las harinas de proteína que se usan en los alimentos para animales) son más ampliamente conocidos y vienen en una variedad de formas diferentes con atributos particulares. La descripción de cada material se encuentra en las siguientes definiciones.

HARINAS DE PROTEÍNA

Las harinas de proteínas fabricadas a partir de productos animales brindan proteínas esenciales para las necesidades de dietas del ganado y de otros animales. Estas harinas se usan en el alimento para mascotas, aves, ganado, peces y crustáceos. La Association of American Feed Control Officials (AAFCO) establece la identidad y composición de estos ingredientes de alimentos balanceados (AAFCO, 2020), cuyas definiciones se parafrasean aquí:

Harina de sangre: Se produce a partir de sangre de animales limpia y fresca sin presencia de materiales externos como pelo, contenido estomacal y orina.

•Plumas hidrolizadas de aves: Producto que resulta del tratamiento bajo presión de las plumas no descompuestas y limpias de las aves sacrificadas, libres de aditivos y aceleradores.

• Harina de carne y hueso: Producto reciclado de tejidos de mamíferos que incluye hueso. No contiene sangre, pelo, pezuñas, cuernos, recortes de pieles, estiércol ni contenido estomacal ni ruminal adicionados.

• Harina de carne: Similar a la harina de carne y hueso, la harina de carne es el producto reciclado hecho a partir de tejidos de mamíferos, con excepción de sangre, pelo, pezuñas, cuernos, recortes de pieles, estiércol, ni contenido estomacal y ruminal adicionados.

• Harina de subproductos avícolas: Partes recicladas y limpias de las canales avícolas, como pescuezos, patas y canales enteras, con excepción de plumas adicionadas.

• Harina de carne de aves: Producto seco reciclado proveniente de partes de las canales avícolas enteras o una combinación de carne y piel limpias con o sin hueso, libre de plumas, cabezas, patas y menudencias. Apto para su uso como alimento para animales.

• Harina de pescado: Tejido limpio, seco y molido ya sea de todo el pescado o de recortes de pescado, con o sin extracción de porciones de aceite.

GRASAS

La AAFCO define un número de grasas animales aptas para alimento para animales, como las que a continuación se parafrasean.

• Grasa animal: La grasa se obtiene de los tejidos de mamíferos o aves en los procesos comerciales de reciclaje o extracción. Consiste predominantemente de ésteres de glicéridos de ácidos grasos y no contiene adiciones de ácidos grasos libres u otros materiales obtenidos de grasas.

• Grasas o aceites hidrolizados, grado alimenticio animal: Obtenida mediante los procedimientos de procesamiento de grasa que se usan comúnmente en la fabricación de grasas comestibles o de jabones.

• Grasa amarilla, grado alimenticio animal: El producto reciclado de los tejidos de mamíferos y/o aves mezclado con aceites de cocinar o freír usados en la preparación de alimento para consumo humano, que consiste en grasas o aceites animales y/o vegetales.

• Aceite para cocinar usado, grado alimenticio animal: Producto del aceite para cocinar o de freír usado en la preparación de alimentos para consumo humano, que consiste de grasas o aceites animales o vegetales, recolectados en las instalaciones de dichos alimentos y después calentados (Figura 5)

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UNA CONTRIBUCIÓN SUSTENTABLE

Los beneficios del reciclaje de subproductos de origen animal en la sustentabilidad se siguen de manera precisa y son más valorados a medida que nuestro medio ambiente se enfrenta a las amenazas del cambio climático y a un menor espacio en los rellenos sanitarios. Además, como consecuencia de la información y enseñanza sobre la sustentabilidad ampliamente disponible en las plataformas multimedia, el consumidor parece cada vez más consciente de sus prácticas de sustentabilidad al adquirir productos. Entre las áreas concretas de las contribuciones sustentables del reciclaje de subproductos de origen animal incluyen la reducción de desperdicios alimenticios, la recuperación de agua y los alimentos sustentables para mascotas, los cuales se describen a continuación.

El reciclaje de subproductos de origen animal reduce el impacto ambiental de la industria pecuaria al retener cinco veces más GEI de los que se producen (Gooding y Meeker, 2016). Al recuperar residuos de carne que de otra forma serían desechados, los recicladores reducen nuestra huella ecológica en la producción de alimentos (Figura 6).

Menor desperdicio de alimentos

Anualmente se cuecen y reciclan más de 28 millones de ton (62,000 millones de lb) lo que resulta en una producción anual aproximada de 14.2 millones de toneladas (31,400 millones de lb) de productos reciclados en Estados Unidos y Canadá. Como resultado, estos enormes volúmenes de sobras de carne y AVU no terminan en los rellenos sanitarios, lo cual deriva en la reducción neta de emisiones de carbono (NARA, 2020). De hecho, si todos los productos reciclados terminaran en los rellenos sanitarios, en aproximadamente cuatro años quedarían llenos en su totalidad.

En primer lugar, prevenir el desperdicio de alimentos es un primer paso importante para el ahorro de espacio en los rellenos sanitarios y el previo al reciclaje (como aquí lo demuestra la jerarquía de recuperación de alimentos) (Figura 7; EPA, 2020). Aunque todos los animales de producción para consumo humano generan subproductos, puesto que se transforman para la dieta humana, es posible eliminar el menor desperdicio de alimentos de restaurantes y de la gente antes de que se convierta en un problema, siguiendo los niveles de la jerarquía empezando con la “reducción de la fuente”. Los recicladores recolectan en restaurantes el AVU, lo cual ayuda a disminuir el desperdicio alimenticio de dicho sector, pero el desperdicio de los platos no está bien utilizado debido a la falta de infraestructura y el alto costo de la logística para recolectarlos y cocerlos para alimento para animales; además de que no existe ningún sistema que recolecte el AVU u otros desperdicios de alimentos en los hogares.

Los residuos de los supermercados también contribuyen al desperdicio de alimentos, pero como los recicladores recolectan sobrantes de carne (como recortes, grasa y huesos) en carnicerías, tiendas de comestibles y pequeñas operaciones de sacrificio, dichos residuos tienen una huella ambiental mucho menor. Los recicladores también reciclan millones de toneladas de AVU de restaurantes que lo usan para freír alimentos como las papas fritas y transforman ese aceite en grasa y biodiésel, diésel renovable e ingredientes para alimentos balanceados y para mascotas (Figura 8).

Recuperación del agua

El reciclaje de subproductos de origen animal recupera y limpia agua valiosa que de otra forma contribuiría al deterioro de los subproductos y contaminaría el medio ambiente. El proceso de reciclaje evapora la humedad de las materias primas y procesa todos los escurrimientos y agua de lavado mediante un tratamiento que cumple con las normas reglamentarias. Con el proceso de reciclaje se recuperan 14,000 millones de litros (3,700 millones de galones) de agua al año, que se devuelven de forma natural al medio ambiente mediante su evaporación o como agua limpia a corrientes y ríos (NARA, 2020), una cantidad de agua suficiente para llenar 5,604 piscinas/albercas olímpicas. Toda esta agua cumple con las normas federales, estatales y locales de seguridad cuando regresa a los ríos y cauces.

Además, la recolección en restaurantes de grasas y aceites de cocina usados por parte de los recicladores evita la obstrucción de los desagües municipales y los sistemas de aguas residuales. Esto ayuda a evitar el gasto de millones de dólares en daños, reparaciones y la calidad del agua contaminada por la rotura de las redes de alcantarillado y de aguas residuales.

Alimento sustentable para mascotas

Los ingredientes de proteína y grasas que se obtienen del reciclaje se usan en la fabricación de alimentos para mascotas. Estos ingredientes reciclados no solo son sustentables, sino también inocuos gracias al cumplimiento de estrictos lineamientos como el uso de altas temperaturas en el proceso de reciclaje para eliminar las bacterias y los patógenos dañinos. Los productos resultantes también se manejan, almacenan y distribuyen bajo condiciones controladas para minimizar la contaminación. A todas las plantas de reciclaje de subproductos de origen animal se les exige que cumplan las reglamentaciones de alimentos para animales de la FSMA de la FDA, lo cual garantiza un procesamiento inocuo. Además, los recicladores cuentan con sistemas voluntarios de control de la calidad e inocuidad mediante programas formales como el Código de Prácticas de la Industria del Reciclaje de Subproductos de Origen Animal (Meeker y Meisinger, 2015).

La industria del reciclaje agrega valor a las partes de animales que normalmente no se usan para el consumo humano (órganos, huesos, cartílagos y grasa), procesándolos en ingredientes de alimentos para mascotas. Estos productos reciclados finales proporcionan grasas, proteínas, vitaminas y minerales esenciales que mejoran la salud y nutrición de la mascota (Meeker y Meisinger, 2015). El uso de los productos reciclados de origen animal en alimentos para mascotas reduce también de forma importante la huella de carbono de los alimentos que damos a nuestros perros, gatos y otras mascotas mediante la reutilización de subproductos que de otra forma se desperdiciarían (Meeker y Meisinger, 2015). Dado el creciente interés de los propietarios de mascotas por la sustentabilidad y la huella de carbono de la comida de sus mascotas, los recicladores recalcan que los ingredientes de proteínas recicladas en el alimento de sus mascotas no solo son nutritivos, sino que también ayudan a reducir el desperdicio de alimentos.

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APOYO A LOS 3 PILARES DE LA SUSTENTABILIDAD

El reciclaje también representa a los tres pilares de la sustentabilidad: ambiental, económico y social. A veces estos tres pilares se representan visualmente como columnas arquitectónicas y otras veces, como un diagrama de Venn de tres círculos. El concepto de sustentabilidad ha sido tratado públicamente ya desde comienzos de los años 80, mientras que desde principios de 2001 los tres pilares se presentan como “enfoque común” del desarrollo sustentable en los medios (Purvis et al., 2019; Figure 9).

Pilar 1 — Ambiental

• El pilar de apoyo ambiental del reciclaje de subproductos de origen animal es bastante sólido. En Estados Unidos y Canadá se producen más de 28 millones de ton (62 mil millones de libras) de materiales reciclables al año. Al recuperar las sobras de carne que de otra manera se descartarían, los recicladores disminuyen nuestra huella de carbono de la producción de alimentos, ahorran espacio en los rellenos sanitarios y ayudan a minimizar el impacto ambiental de la industria pecuaria como el cambio climático, ya que ayudan en gran medida a la reducción de desperdicios alimenticios, reducen los GEI y el consumo de agua.

• El reciclaje recupera y protege la valiosa agua que de otra forma se desperdiciaría o contaminaría. En el proceso de reciclaje se recuperan miles millones de litros de agua, que después se regresan de forma natural al medio ambiente como agua limpia que cumple con las normas de inocuidad federales, estatales y locales.

• Los recicladores alimentan y producen la siguiente generación de alimentos al “reciclar” carne no deseada en alimento para animales y fertilizantes, reducir el desperdicio al procesar los residuos de los supermercados y el AVU, que de no ser por eso, ambos contribuirían de forma sustancial al desperdicio de alimentos.

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• Los recicladores reutilizan 726,000 toneladas (1,600 millones de libras) de AVU de productos alimenticios como papas fritas, en biodiésel, diésel renovable e ingredientes inocuos y nutritivos de alimentos balanceados y para mascotas. Sin la recuperación por parte de los recicladores de este material que de lo contrario se desperdiciaría y desecharía, en casi cuatro cortos años se usaría toda la superficie disponible en los rellenos sanitarios.

• Para el pilar ambiental es vital la reducción de emisiones de GEI del reciclaje. En la producción y uso de biocombustible elaborado con grasas recicladas de origen animal se generan 20.7 g CO2 e/MJ de GEI en comparación con las emisiones del diésel convencional de 94.4 g CO2 e/ MJ (Rui et al., 2017). Una planta promedio de reciclaje de subproductos de origen animal retiene cinco veces más emisiones de GEI del ambiente (como el dióxido de carbono y metano) que las que emite (Gooding, 2012), además de que el reciclaje evita también al menos el 90% de las posibles emisiones de GEI en comparación con el compostaje industrial, similar a sacar de las calles a 18.5 millones de automóviles al año (Figura 10).

Pilar 2 — Social

• El reciclaje de subproductos de origen animal es una industria económicamente sólida y enfocada a la comunidad. Con un alto porcentaje de retención de personal, las plantas recicladoras brindan estabilidad laboral y contribuyen a las comunidades locales.

• Al recolectar los restos de animales y AVU y transformarlos en productos nuevos, el reciclaje ayuda a que tanto clientes como consumidores sean más sustentables, brindando al mismo tiempo miles de trabajos estables y de tiempo completo que apoyan familias y comunidades locales de todo Estados Unidos y Canadá, muchas de ellas en zonas rurales. Además de la estabilidad laboral en la industria del reciclaje, no es posible exportar estas funciones dada la naturaleza cruda y perecedera del material que se recolecta.

• Los trabajadores de las plantas de reciclaje están altamente capacitados y tienen una compensación competitiva, por lo que los recicladores contribuyen en sus comunidades y organizaciones locales.

• Una planta de reciclaje promedio estadounidense da empleo a 94 personas que trabajan en un solo turno. Las vacaciones remuneradas empiezan a partir de las 2 semanas y la empresa cubre el 70% o más de la prima de seguro médico de los empleados (NARA, 2020).

• También se les proporciona seguro de incapacidad, certificaciones y capacitaciones relacionados con el trabajo, y un programa para el retiro al que contribuyen ambas partes. Los recicladores y propietarios de plantas de reciclaje también invierten de forma considerable en mejorar y ampliar los esfuerzos de sustentabilidad, además de apoyar a sus comunidades locales tanto financiera como socialmente (NARA, 2020).

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Figura 8. Infografía “De papas fritas a combustible”

Pilar 3 — Economía

Es de esperarse que los pilares social y económico se traslapen un poco en lo que respecta a la industria de reciclaje, ya que la estabilidad económica de la misma afecta directamente a la estabilidad de las carreras, lo que por lo tanto lleva a una alta retención de personal y la capacidad financiera de contribuir a sus comunidades.

• La industria del reciclaje de subproductos de origen animal es sustentable y financieramente estable, con una contribución económica de $10 mil millones de dólares al año.

• Una planta de reciclaje promedio proporciona 100 trabajos estables que con salarios y beneficios competitivos (NARA, 2020).

NUEVOS DATOS

Los recicladores desempeñan un papel importante en la reducción del desperdicio de alimentos, al reciclar de manera sustentable valiosos recursos pecuarios y contribuir de forma positiva a las economías locales, estatales, nacionales e internacionales. La North American Renderers Association recabó datos cuantitativos y los publicó en 2020 (NARA, 2020).

Este informe no está disponible para el público general, pero aquí se incluye un resumen ejecutivo y todos los puntos clave:

Desde el funcionamiento de vehículos de pasajeros y camiones; trenes y buques de contenedores de navegación interior y marítima, hasta la alimentación de ganado, cerdos, pavos, aves y otros animales, los recicladores del país desempeñan un importante papel que contribuye de forma positiva a las economías locales, estatales y nacionales, al mismo tiempo utiliza de forma sustentable estos valiosos recursos. Los resultados de esta investigación le permitirá a la industria transmitir mejor su valor, identificar oportunidades y planificar un futuro sólido.

Esta investigación consistió en entender la oferta total de productos reciclados, estimados de todos los productos reciclados, llevar a cabo un estudio de tres partes en las empresas de reciclaje en Estados Unidos y Canadá y estudiar las tendencias de mercado que impulsan consumidores y la industria. A ccontinuación se describen los puntos importantes de esta investigación.

Estados Unidos y Canadá producen al año más de 28 millones de toneladas (62,000 millones de libras) de materias primas reciclables de granjas, corrales de engorde y plantas de sacrificio que trabajan con ganado, cerdos, ovejas, pollos y pavos. Estos materiales son subproductos altamente perecederos de carne y aves producidos para el consumo humano: residuos, huesos, sangre, plumas y los animales que mueren en las granjas o de camino a las plantas de procesamiento.

Esta cifra incluye órganos y subproductos de carne y aves que se trasladan directamente desde las plantas de sacrificio a los procesadores de alimento para mascotas. No incluye AVU. Aunque en Estados Unidos existen 213 empresas clasificadas como de reciclaje y de procesamiento de subproductos de carne, hay 34 empresas recicladoras principales y 3 en Canadá, para un total próximo a los 8,916 en Estados Unidos y 1,803 en Canadá de puestos de trabajo en la industria del reciclaje de subproductos de origen animal (NAICS, 2019).

Al año se producen aproximadamente 15.7 millones de toneladas de productos reciclados a partir de plantas procesadoras de carne de res, de cerdo, pavo y pollo. Representan un 57% harinas de proteínas, 40% grasas y 3% harina de plasma. En 2018, se evitó (que se sembrara) el equivalente a 4.49 millones de hectáreas (11.1 millones de acres) de soya (en equivalente de proteína) y 1.05 millones de hectáreas (2.6 millones de acres) de maíz (en equivalente de energía). Esto se debió a:

• 6.1 millones de toneladas de proteínas de las 8.9 millones de toneladas de harinas de proteínas recuperadas por las plantas de reciclaje.

• 52 billones de kilocalorías de energía de 6.3 millones de toneladas de grasas recuperadas por las plantas de reciclaje.

Los productos reciclados tienen un impacto ambiental substancialmente positivo, en el sentido de que evita que terminen en los rellenos sanitarios, al redirigirlos hacia mercados de más valor y más sustentables como el de alimentos balanceados, combustibles y fertilizantes. Un beneficio adicional del reciclaje de subproductos de origen animal para la sustentabilidad es la recuperación y retorno de agua limpia al medio ambiente. 3,700 millones de galones de agua de los productos que se reciclan se liberan como vapor de agua (evaporación) o mediante la descarga de aguas residuales tratadas.

Los fabricantes de alimentos para mascotas utilizan aproximadamente 289,037 toneladas de grasas animales y avícolas y 501,413 toneladas de subproductos de carne y de aves frescos y congelados, así como de órganos, provenientes de una combinación de sacrificio directo y plantas de reciclaje de subproductos de origen animal; en las dietas de mascotas se incluyen unas 1,543,129 toneladas de harina de proteínas recicladas de los subproductos de carne, aves y pescado. Además, lo más probable es que 1,333,248 toneladas de carne y aves para alimentos para mascotas se surtan directamente de las plantas de sacrificio.

Los encuestados informaron que recuperaron y reutilizaron aproximadamente 800,000 toneladas de AVU en el período de estudio de un año, lo que representa casi la mitad de todo el AVU. La reutilización de grandes cantidades de este material evita que de otra forma terminen en un destino menos sustentable.

De acuerdo con la U.S. Energy Information Administration (EIA) en 2018 se produjeron 1,860 millones de galones de biodiésel. De ese total, el 9.2% de las materias primas (644,000 ton) se clasificaron como grasas animales y el 13.2% (918,000 ton) como grasa amarilla reciclada u otras. El AVU se incluye en la categoría de reciclados.

Las plantas recicladoras son importantes empleadores que brindan a sus empleados beneficios competitivos, como vacaciones pagadas, contribuciones al plan de retiro (y otros fondos para el retiro que ayudan a garantizar que sus empleados queden cubiertos en la jubilación), pago de primas de seguros médicos, incapacidad laboral y apoyos a la educación para habilidades y certificaciones relacionadas con el trabajo.

Además del suprarreciclaje de materiales que de otra forma terminarían en los rellenos sanitarios, los recicladores invierten millones de dólares en esfuerzos para el mejoramiento del medio ambiente que resultan en un gasto total de $165.5 millones de dólares en los últimos cinco años (de 2015 a 2019) y en los próximos cinco años (de 2020 a 2024) se piensa invertir $188 millones de dólares en todos los esfuerzos de mejoramiento medio ambiental.

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Figura 10. Infografía “Qué pasaría sin el reciclaje”

DE CARA AL FUTURO

La industria del reciclaje de subproductos de origen animal es muy dinámica y cambia todo el tiempo. Siguen produciéndose nuevos enfoques e iniciativas en las áreas de asuntos ambientales, reglamentaciones gubernamentales, materias primas y condiciones del mercado.

En los procesos de reciclado y en la cocción se usan grandes cantidades de energía, así como en la flota de camiones necesaria para transportar las materias primas y el producto terminado a la planta o a los consumidores. Los recicladores siguen en la búsqueda para resolver estos problemas cambiantes al encontrar soluciones más eficientes y equipo de reciclaje más económico.

También seguirán cambiando las actualizaciones en las preferencias de consumidor por los alimentos. La reducción del desperdicio es un factor primordial para muchos consumidores, al igual que la sustentabilidad. La industria del reciclaje de subproductos de origen animal sigue educando al público en general sobre los distintos beneficios de sustentabilidad del suprarreciclaje de los materiales hacia productos nuevos.

De cara al futuro, la industria del reciclaje de subproductos de origen animal tiene en cuenta estos asuntos a gran escala, así como considerar temas clave más enfocados al anticiparse al futuro. La industria del reciclaje y los mercados de los productos reciclados deben expandirse para cumplir la predicción de crecimiento en la producción de carne y lo servicios que requiere la creciente población en Estados Unidos y Canadá. También es necesaria la constante inversión en investigaciones como las de la Fats and Proteins Research Foundation (FPRF) para financiar investigaciones que mejoren la inocuidad del producto, la eficiencia del reciclaje, apoyen su uso en la nutrición animal y encuentren nuevos usos y mercados para estos subproductos.

La peste porcina africana se sigue propagando en el sureste asiático, es por ello que las industrias de alimentación animal y de reciclaje necesitan estar al corriente y listas para afrontar retos no científicos en la salud animal y de inocui- dad de los alimentos en lo que respecta a los productos derivados del cerdo, con el conocimiento de las investigaciones existentes.

En términos más sencillos, a menudo los porcicultores y veterinarios creen que el uso de los productos reciclados representan un riesgo para la diseminación del virus. Los datos científicos no apoyan esta suposición.

En el sector de los alimentos para mascotas las tendencias también siguen evolucionando, de las cuales la más reciente se relaciona con el uso de subproductos de origen animal en el alimento para perros y gatos que no sean reciclados, sino que se compran crudos o congelados y después se extruyen en alimentos completos para mascotas. Otra tendencia que surge en la industria avícola es la eliminación de los subproductos animales en las alimentos para aves. La industria del reciclaje de subproductos de origen animal debe continuar el uso de los datos de investigaciones existentes para comprobar que los subproductos animales proporcionan a las aves una dieta rica en nutrientes. También debe seguir investigando sobre nuevos métodos y procesos para cumplir con las cambiantes necesidades del cliente.

CONCLUSIÓN

El negocio del reciclaje es rentable y sustentable. Es también fundamental para hacer que la carne animal sea más sustentable de lo que sería si no se reciclaran y usaran los subproductos para el mayor propósito.

Con la producción de numerosos nuevos productos con la carne y los subproductos desperdiciados provenientes de la industria pecuaria, el reciclaje de subproductos de origen animal y las plantas recicladoras dan empleos locales, apoyan a sus comunidades y contribuyen a reducir significativamente el desperdicio de alimentos, ahorran espacio en los rellenos sanitarios, reducen las emisiones de GEI, producen alimentos para animales nutritivos y sustentables y recuperan agua limpia.

Autor/es: Anna D Wilkinson, David L Meeker. North American Renderers Association (NARA), Alexandria, VA, EE. UU.

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