En los veranos de la región pampeana son crecientes las olas de calor, lo que genera estrés en los animales de producción. Éstos intentan adaptarse a las condiciones ambientales y de manejo, buscando alcanzar el estado de bienestar.

Si las condiciones no son adecuadas, comienzan a sufrir estrés, reduciendo la energía destinada a la producción. Si el problema continúa y fallan los mecanismos de adaptación, puede derivar en la muerte.

El estrés por calor ocurre cuando la suma del calor interno producido por el metabolismo más el calor que el animal recibe del ambiente supera la capacidad del mismo para disipar el calor del cuerpo y mantener su temperatura corporal normal.

Así, crece la tasa respiratoria y el consumo de agua y se reduce el consumo de alimento y el tiempo dedicado a rumia y descanso. Para predecir el riesgo de estrés por calor, se usa un indicador denominado Carga Calórica Acumulada (AHL, por sus siglas en inglés), elaborado en base a la temperatura y humedad ambiental, la radiación solar y la velocidad del viento.

En bovinos para carne, un AHL entre 10 y 20 se considera nivel moderado, entre 21 y 50 se considera elevada, y a partir de 51, muy elevada. El pronóstico de AHL se puede conocer accediendo a https://chat.whatsapp.com/CwTmOeRaS0GIFW6YNxix5t. Se visualiza de la siguiente forma:

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