Los científicos de Embrapa identificaron en que fase ocurre la diferenciación sexual de la gamitana o tambaqui (Colossoma macropomum), el principal pez nativo cultivado en Brasil. El descubrimiento contribuye al desarrollo de tecnologías para promover la producción.

La información sobre la diferenciación sexual es importante para lograr la formación de poblaciones monosexo y el sexaje precoz de la gamitana, que están siendo desarrolladas por el Embrapa buscando un aumento de la producción.

La población monosexo de la gamitana representa la mayor ganancia económica para los piscicultores. Una hembra representa, aproximadamente, 20% más de peso en relación al macho en el estado final de cosecha, a partir de dos kilogramos.

El pez nace con una gónada bipotencial que se puede convertir en ovario o testículo. “Todo pez nace sin sexo definido, nuestros estudios revelan que el sexo del tambaqui se define en la edad de los dos meses cuando el animal llega a los cuatro centímetros y se comienza a formar el ovario o testículo” informó la investigadora de Embrapa Amazonia Occidental (AM) Fernanda Loureiro Almeida O´Sullivan que lidera el proyecto “Caracterização dos processos de determinação e diferenciação sexual de peixes nativos de importância econômica no Brasil”. Este es uno de los estudios realizados en Embrapa que buscan la formación de lotes monosexo de la gamitana.

Diferenciación sexual

También se vienen estudiando los factores que influyen en la diferenciación sexual de la gamitana, no solo genéticos, sino también ambientales. “Si queremos conocer producir lotes monosexo sin el uso de hormonas, es fundamental conocer el sistema de determinación sexual de la especie” explicó la investigadora.

La científica destaca que conocer este sistema también es importante para los estudios de evolución de las especies, para la biología comparada y para la mitigación de efectos del cambio climático.

Sexaje precoz agrega valor

Además de esto, descubrir el sistema de determinación sexual abre la posibilidad de sexar las formas jóvenes de los peces, osea, identificar el sexo de los peces a una temprana edad, lo que facilita los procesos de selección para el mejoramiento genético de la gamitana, formación de planteles y comercialización de lotes específicos de cada sexo.

La investigadora explica que la identificación del sexo de los peces en una fase juvenil ayuda a agregar valor a la producción. “Con un pedacito de la aleta usted mandaría al laboratorio y sabría al día siguiente si es macho o hembra, y podría vender formar jóvenes sexadas, que agregan mucho valor” informó Fernanda.

Actualmente, para formar un plantel, un grupo de animales seleccionados de buena calidad para la reproducción, es necesario esperar que los peces crezcan para identificar el número de machos o hembras. En los criadores de gamitana, esto representa una espera de casi tres años, generando pérdidas económicas, además de atraso en el mejoramiento genético.

Avances en la crianza de peces nativos

El sexaje precoz de los peces es un técnica relativamente nueva y utilizada en especies de alto valor y rendimiento zootécnico como, por ejemplo, en peces que componen programas de mejoramiento genético, principalmente en la formación y reposición de planteles. Fernanda explica que debido a las dificultades de identificar el sistema de determinación sexual en peces (que varía de especie a especie), aún no existe esa técnica de sexaje precoz para ninguna especie nativa brasileña.

La investigadora de Embrapa considera que el bajo el conocimiento científico sobre la biología de especies nativas brasileñas y la falta de tecnologías específicas para ellas, se contribuye poco al aprovechamiento de los peces nativos en los cultivos.

La especie más cultivada por la piscicultura brasileña es la tilapia del Nilo (Oreochromis niloticus), de origen africano y una de las más criadas en todo el mundo. En segundo lugar de producción se ubica la gamitana o tambaqui, liderando entre las especies nativas criadas. Según los datos del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), en el año 2017 la producción de tambaqui en Brasil alcanzó más de 88,5 mil toneladas.

A pesar de que muchos peces nativos tienen una excelente calidad, fácil cultivo y alto valor de mercado y tienen aceptación por el consumidor, la participación de las especies nativas no llega al 50% de la producción brasileña de pescado. En comparación, la investigadora cita que en el continente asiático, el mayor productor de pescado en el mundo, la participación de especies nativas en los cultivos llega al 95%.

Otras especies nativas

En el mismo proyectos de investigación de Embrapa vienen siendo estudiados cuatro especies. Además de la gamitana y sus principales híbridos producidos en Brasil (tambatinga y tambacu), el proyecto también estudia el pirarucu o paiche, y bagres de importancia económica como jundiá (Rhamdia quelen), la cachara o doncella (Pseudoplatystoma fasciatum) y sus híbridos.

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