Con mucho añoro se habla de los grandes boom cacaoteros que ha vivido el Ecuador. En siglo XVIII y principios del siglo XIX cuando grandes fortunas se hicieron alrededor del cacao ecuatoriano. El cacao en aquellas épocas financiaba presidentes, determinaba el crecimiento de la economía ecuatoriana y trazaba las fronteras agronómicas ecuatorianas. Determinaba a Guayaquil como principal puerto exportador y a la costa entera Ecuatoriana como motor de la economía.

Pero veamos estos booms históricos en perspectiva. Se llamó el primer boom cacaotero cuando en fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII por desarrollo de tecnologías de prensado europeas el chocolate paso de un producto de elites a uno de consumo de mayor espectro. Esto llevó a la carrera por desarrollo agronómico del mismo e inversión de muchos lados para esto.

El segundo boom vino en principios del siglo XIX cuando el Ecuador alcanzo el entonces record histórico de producción de más de 1 millón de quintales en 1915 (50 mil toneladas). Y de ahí vinieron los problemas, enfermedades, bajas de precios internacionales, competencia con otros cultivos y envejecimiento de las plantaciones degradaron no solo la producción cacaotera sino la relevancia del mismo en la economía Ecuatoriana.

Pero la historia del cacao no iba a morir ahí, constantes y activos trabajos de mejorías genéticas dieron paso a variedades de mucha mayor productividad, acompañadas por mejorías en técnicas agronómicas y una dolarización que ayudaba a financiar cultivos de menor mano de obra dieron los elementos perfectos para el nuevo boom cacaotero.

Y es así que de una decaída producción en el año 1999 de 29 mil toneladas exportadas la producción Ecuatoriana de cacao no deja de crecer alcanzando en el año 2018 315 mil toneladas. Habiendo revitalizado la agricultura ecuatoriana con miles de agricultores que apuestan su futuro en este emblemático cultivo ecuatoriano y más de 560 mil hectáreas sembradas en las 24 provincias del Ecuador, con mercados que lo premian por sus sabores únicos y calidades excepcionales para la industria. Chocolateros que transforman y compiten en las perchas del mundo para darle valor agregado al mismo.

Pero el mundo del cacao necesita más, necesita acciones gubernamentales que los protejan y también a su calidad y mercados. Que hagan respetar el esfuerzo del agricultor en apostar por el mismo y dejar de lado las obsoletas peleas por cual genética es apropiada. Regular y enseñar post cosecha correcta para seguir ganando espacios en los mercados internacionales. Pelear por las barreras comerciales que nos imponen quienes quieren mantener sus monopolios esclavistas y de miseria africanos con regulaciones comerciales enmascaradas en protección a la salud del consumidor.

El agricultor ya hizo su parte ya hizo grande al Ecuador y ahora nos corresponde protegerlos y guiarlos. Y tomando la precaución de Napoleón Bonaparte de dejar al león dormido descansar refiriéndose a China pues al levantar sacudiría el mundo. Demos la protección que el sector cacaotero necesita pues al desertar sacudirá el Ecuador.

Francisco Miranda
Presidente Anecacao

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